Lena Roberts directora ejecutiva de la sección de animación gráfica en la famosa compañía de su padre "Fantasy. Inc" es la responsable este año de la supervisión y reparto de cargos a los nuevos aprendices universitarios... una labor para nada tediosa, pero está vez hay un pequeño inconveniente y es el irresponsable impuntual de Jacob Barnes.
Jessica encendió las velas del pastel e hizo señas para que las soplara. –Vamos Lena, muévete– sigo reacia a creer que justo ahora estoy cumpliendo 40 años. –Vamos, apresurate– incliné mi cabeza y soplé cada una de las 40 velas que la vulgar de mi supuesta mejor amiga puso sobre el pastel de chocolate. –No me mires con expresión de pocos amigos, acéptalo así lo ignores no quita que estés cumpliendo cuarenta, igual te sigues viendo de veinte... estás muy buena– Jess se aproximaba a mi de manera pervertida, ya sabía lo que pretendía.
–Dejate de jugadas bribona– recibí el trozo de papel que me ofreció. –Sobre lo de tu hermano... padre me comentó que es uno de los nuevos pasantes– ella asintió.
–Quiero que le eches un ojo ¿si?– fruncí el seño y luego de tomar un sorbo de soda negué.
–Ya sabes que estoy muy ocupada, a parte mi oficina queda lejos de la sección y eso que soy la directora de esa area– Jessica volvió sus labios un puchero y tomó mis manos.
–Ay, no sé ponlo de secretario pero manténlo vigilado, es un chico tranquilo pero aún así quiero que lo supervises– negué resignadamente, con todo el trabajo que tengo y ahora me toca de niñera.
–Bueno, pero no voy a andar tras el como perrito faldero– la sonrisa en el rostro de Jess me hizo darme cuenta que estaba satisfecha con mi respuesta.
–Graciass, y ahora que empiecen las bebidas– sin retrasarme ni un segundo serví el licor, Jess y yo vamos de la mano cuando se trata de beber pero.
Luego de cinco copas el ambiente cambió un montón, Jessica se ha puesto de pie a cantar "I need to know" y yo por mi parte soplaba mi rostro con el menú. –¡Oye detente!–grité tomándola de la manga.
–¡Que pasó!– respondió a gritos, observé sus pechos y una sonrisa se dibujo en mi rostro.
–¡Déjame decirte amiga, que tienes bonitas tetassss!– Jessica tomó asiento de inmediato.
–¡TU TRASERO ES ENORME AMIGA!– había dicho que íbamos de la mano bebiendo pero no implicaba soportarlo, solo tolerabamos dos copas. –¡Oye, oye... espera!– Jess se quedó mirando fijamente su botella y eructo. –¡Hace demasiado calor!– se quejó desabrochando algunos botones en su camisa.
–¡Desnudemonos!– vociferé captando la atención de muchos.
–¡Si!–
–¡No!– ulala ¿pero quién es este sobre de colágeno?
–¡Jacob!– ¿Jacob? yo conozco a un Jacob... oh sí.
–¡¿Jacob?!– observé con dificultad al atractivo chico alto de ojos verdes frente a mí.
–Si, soy yo... me parece que ya es hora de irnos señoritas– hace mucho no me decían así, a parte de guapo caballero.
–Miralo, míralo... ya está grande ¿no?– Jessica comenzó a darle besos en todo el rostro. –Este es el hombre que crié yo–
–Y que hombre, quien tuviese 20 años menos– un par de ojos verdes me observaron fijamente ¿que hice? ¿que pasó? ¿Lo dije o lo pensé? da igual estoy ebria no vale.
–¿Cómo supiste que estábamos aquí?– Jessica tomó las dos mejillas de su hermano y eructo en su rostro. –Perdón–
–Alguien me llamo para informarme que dos señoritas estaban causando un escándalo en el local– que bonitos ojos, mierda y esos labios ¿jugará algún deporte?
–Ah, que entrometidos... No les hagas caso mejor quédate a beber un rato– Jacob levantó a Jess de su silla.
–No puedo, debo ir a la universidad mañana y ustedes señoritas deben trabajar– se aproximó a mi lado mientras colgaba de su hombro a la borracha de Jessica Barnes. –Volveré por ti, espera aquí– asentí como si de una orden de mi padre se tratara.
–¡Ay suéltame Jacob, que aguafiestas!– me quedé observando como su silueta desaparecía tras la puerta y luego recosté mi cabeza un rato.
–¿En serio quisieras tener 20 años menos? ¿estás segura?– no se de qué me hablan pero asentí con una sonrisa y mis ojos aún cerrados. –De acuerdo, tu eres menos pesada puedo llevarte en brazos– o estaba muy ebria o en serio estaba flotando, abrí los ojos encontrándome con ese joven rostro a solo centímetros, esto debe ser un sueño... me aproximé a su oído.
–¿Te gustaría tener sexo conmigo?– cerré mis ojos nuevamente y me desmayé.
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