Elina es una joven que tiene una vida normal hasta que un hecho da lugar a muchos cambios en su vida. A través de todo esto descubre lo fuerte que llega a ser. También los cambios y giros que da la vida. Experimenta la fragilidad de la mente humana.
Vamos por partes
JACK EL D.
Mi amor por el cielo es inalterable y eterno.
ELINA
La vida se vuelca en algún punto, todo cambia radicalmente y no sabemos cómo actuar ante esto. Aun así seguimos adelante porque no tenemos otra salida. Esta es mi historia contada con mis propias palabras, una vez que la leas espero que me entiendas, no quiero comprensión o lástima simplemente quiero ser escuchada y que alguien por fin entienda la razón que me hizo ser lo que soy. No soy mala, solo tuve una mala vida El último año de secundaria, el que se supone es el mejor, pero quizás para algunos, en mi caso no fue así, de hecho fue una réplica exacta de los años anteriores, solo que ahora tenía que decidir qué hacer con mi vida después de esto, aún faltaban meses para que terminara el año escolar así que me relaje y decidí que después le pondría más atención al asunto. Aunque tenía claro que lo dejaría a último momento o no decidiría nada porque siempre pienso que tengo más tiempo y ese es mi problema. Era de mañana y tenía que ir a la escuela pero no encontraba mi otro calcetín. - estúpidos duendes -maldije. Me senté en la cama frustrada por no encontrarlo y mire el único calcetín que estaba en mi pie - sin pareja eh? Deberíamos salir - dije en voz alta - deberías salir pero a la escuela - dijo mi mamá - mamá! - grite - no escuches mis pensamientos. - es inevitable si los dices en voz alta, no estoy sorda. - aún - pensé, esta vez silencio. Mi mamá estaba apresurándome pues ya era tarde para ir a la escuela, así que decidí ir con un solo calcetín, porque no? pensé. Cuando llegue a la escuela las clases ya habían empezado y la profesora de la primera clase me advirtió que si volvía a llegar tarde, bajaría mis notas, decidí saltarme esa clase, vi por la ventana y ella estaba de espaldas así que no me vio, cuando gire para irme el director venia en dirección a mí. - porque no estás en clase - preguntó. - quería entrar pero ya es tarde – dije mordiendo mi labio. - otra vez tarde! – exclamó - un asunto matutino me retraso - un asunto - dijo incrédulo - dejemos los asuntos a un lado y entra a clase. El tocó la puerta llamando la atención de la profesora quien me vio con desaprobación, se acercó a nosotros y entablaron una conversación sobre mis llegadas tardes y lo despreocupada que era, hablaban como si yo no estuviera allí, y no es sorpresa que me haya comprometido a llegar temprano ( otra vez) entré a la clase y todo siguió a un ritmo normal, no podía escuchar otro tema que no fuera el fin de una etapa, las fabulosas carreras que estudiarán, lo mucho que se extrañarán y lo difícil que es la universidad, por Dios ya estoy harta de estos. Cuando están aquí se ignoran y hablan unos sobre otros, la hipocresía en vida. Era muy común ver un grupo que tiraba veneno por doquier pero al acercarse eran lo contrario, o eso querían aparentar. Al regresar a casa mi otro calcetín estaba en el jardín - que carajos -como había llegado ahí, y la respuesta corrió hacia mí, literalmente, era el cachorro de mi hermano, ahora lo entendía, movía su cola con gran alegría la cual era contagiosa, lo tomé entre mis manos, era tan pequeño que era fácil sujetarlo sin hacer esfuerzo, ladraba con tanta 5 energía que parecía estarme contando como fue su día, amaba eso, tomé mi calcetín del suelo y le dije que no sacara mis cosas, lo que pareció no importarle, porque me arrebato el calcetín y corrió a la casa, eso fue muy gracioso. Mi hermano tenía vacaciones y estaba en casa, siempre venia solo, a excepción de esta ocasión que trajo a zeus el cachorro que adopto con su novia. Así pasaron los días restantes, uno tras otro repitiéndose en la rutina, yo nunca fui de las personas con muchos amigos así que eran pocas las veces que salía, en ocasiones alguien se me acercaba a contarme cualquier situación o problema que tuviese, decían que hablar conmigo les hacía sentir bien, nunca supe porque, pero no me importaba pasar horas escuchándoles, era bastante irónico porque hablar con las personas denotaba para mí un gran esfuerzo, pero no en esas ocasiones, en las que se estaban derrumbando solos, yo les escuchaba y eso parecía ser suficiente. Una compañera de clase una mañana estaba llorando en el salón de Clase, yo me acerque a ella para tratar de consolarla aunque para ser sincera era bastante mala en eso, me senté junto a ella en silencio y solo me miró con los ojos rojos de tanto llorar, en su mirada se notaba la profunda tristeza que sentía, sin decir nada se sentó sobre el piso acto que yo seguí, puso su cabeza en mi hombro y estuvo en silencio por un momento. - Lo amo pero parece que no es suficiente - dijo. - Porque? - pregunte 6 - trate de hacer lo mejor que pude, fui cariñosa, atenta, le daba detalles y aun así me engaño con la primera que se puso enfrente y te juro que no logro entenderlo. - si eso fue así entonces no te merece - dije esforzándome por no sonar molesta aunque sentía que la sangre hervía en mi. No pude evitar pensar en lo frágiles que éramos como personas, y en lo patético que era llorar porque alguien que no te valoraba, esto hace más que evidente que yo nunca me he enamorado, de igual manera me llenaba de rabia el daño que hace una persona que no sabe lo que quiere. Tuvimos una pequeña conversación sobre lo valiosa que era ella y que no debía llorar por alguien que no lo valía, parecía coach motivacional con aquellas palabras, pero que le sirvieron. Luego de eso el profesor entró y la clase comenzó, el día continuó pero yo no paraba de pensar en el daño emocional que hacen algunas personas, últimamente las infidelidades parecían estar de moda lo que me parecía algo absurdo, para que voy a estar con alguien si no lo quiero suficiente como para serle fiel, parecía bastante lógico para mí pero no para el resto. Quizás esa era la razón por la que siempre estaba sola, no soportaba la hipocresía del amor o la amistad, aunque para ser sincera en lo profundo de mi ser deseaba ser amada de una forma real.