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Capítulo

Esta es una pequeña historia dedicado a todas aquellas personas que enfrentar situaciones difíciles de salud recordandoles que la felicidad siempre debe prevalecer ante el miedo y la desolación. Samantha una joven de 34 años tiene en sus manos el sobre que definirá el rumbo de su vida. la decisión de abrir ese sobre con lo que puede contener la enfermedad heredada por su madre, hace que ella tomé riendas de su vida. Una vida donde donde se suponía todo iba conforme a sus planes, apunto de casarse y con un gran puesto, tomara decisiones para conseguir la felicidad o que ella piensa que es la felicidad.

Capítulo 1 CAPITULO 1: Incertidumbre.

Samantha miraba con angustia aquel sobre que tenía en sus manos, las personas a su alrededor habían desaparecido en tan solo un instante. La ansiedad reinó su cuerpo al saber que tenia el resultado de los análisis que había decidido realizarse cuando una mañana no recordó donde había colocado la llave de su auto.

Él médico que era ya conocido por ella, había mandado a realizarse dichos estudios unas cuantas semanas atrás, pero hasta una semana antes habia decidió hacerlas.

Cerró sus ojos y lamentó el hecho de realizarse esos estudios, se arrepintió de no haber escuchado al médico que le sugería que no lo hiciera.

Un temblor dominaba su cuerpo. Este temblor era proveniente del miedo al conocer la enfermedad que podría estar atacandola y la cual le había arrebatado a su madre de manera tan prematura y dolorosa.

Samantha recordó los días más tristes de su vida cuando su madre no lograba reconocer a nadie, ni a ella que era su unica hija. Conocía perfectamente el Alzheimer y todo la desolación que traía consigo dicha enfermedad.

Suspiró un poco preocupada, pero el sonido del celular la regresó a la realidad muy lejos de aquellos recuerdos.

-¿Qué pasó Lidia?

-Sam, ¿Dónde estás?

-En un lugar donde no quiero estar.

La sonrisa melancólica en Samatha se dibujó en labios color rosa pálido.

-Como sea dime ¿Qué sucede?

-Erick quiere hablar con todos nosotros.

-Pero... yo pedí el día, se suponía que estaría libre el resto de la tarde.

El suspiro detrás del celular se hizo notar.

-Sabes como es Erick.

- Está bien.Iré... Que fastidio con Erick.

-Lo sé parece un grano en el cu...

La risa de Samatha se escuchó atraves del teléfono e incluiso en toda la sala de espera de aquel lugar frío y desolador donde todas aquellas personas esperaban lo que sería el futuro de sus días, quizás días buenos y felices o días donde la tristeza, el miedo y sobretodo el dolor serían una constante.

-Tienes razón, bueno iré en...

Samantha levantó su muñeca luciendo el hermoso reloj negro que traía colocado.

-En 30 minutos.

-Vale, aquí te esperamos.

Al colgar el teléfono lo guardo dentro de la bolsa color rojo que traía sobre el hombro. Vio por última vez aquel sobre antes de guardarlo también dentro de su bolso.

El trayecto debía ser corto, pero Samantha se tomó el tiempo de conducir con toda la tranquilidad posible mientras trataba de organizar sus pensamientos sobre lo próximo que debía hacer.

Al bajar del auto entró a la constructora donde ella era una de las mejores Arquitectas. Con mucha pereza subió al ascensor donde colocó el número 5, las puertas de este se cerraron haciendo que el Ringtone de Samantha retumbaba por las paredes de acero.

Samantha suspiró al ver que era un mensaje de Kevin.

" Mi vida nos vemos para la cena "

Samantha sonrió ligeramente mientras contestaba el texto.

" Si, nos vemos donde siempre"

Al mandar la respuesta, a los pocos segundos fue contestado por Kevin.

" Perfecto. Te amo."

Samatha salió del WhatsApp. antes de bloquear nuevamente el teléfono.

El sonido de las puertas del ascensor abriéndose la hicieron sobresaltarse. Sentía que ese día estaba algo distraída.

Caminó un poco hasta llegar a la puerta de cristal dónde se le hizo muy extraño no ver a nadie, ignoró la situación caminando hacia la sala de conferencias.

Un puño de confetti cayó sobre su cabello castaño obscuro cuando abrió la puerta de la sala de conferencias. Samantha vio a sus compañeros de trabajo celebrando algo que ella claramente no estaba enterada.

Lidia su amiga y compañera desde hacia 4 años se acercó a abrazarla efusivamente mientras Samantha aún se encontraba confundida mirando la sonrisa de sus compañeros.

-¡¡Felicidades amiga!! ¡¡ Te lo mereces!!

–No te estoy entendiendo.

Lidia dejó de abrazar a Samantha. Erick su jefe se acerco a las dos chicas.

-He decidido que tu te quedes a cargo de la constructora, serás la nueva presidente. En pocas palabras la nueva CEO.

Los aplausos de todos sus compañeros se escucharon.

-¿Por qué yo?

Ella aun no reaccionaba ante esa noticia que por muchos años había soñado y por lo cual había trabajado arduamente.

-Eres la mejor, tu nombre está creciendo enormemente muchos preguntan por ti y quieren que tu estés a cargo de sus proyectos. He elegido a la persona correcta, que estoy seguro llevará a un nivel alto la empresa que fundé hace muchos años y ahora que deseo jubilarme se que todo ese esfuerzo estará en buenas manos.

Samantha se sintió conmovida por las palabras se Erick que apesar de ser el jefe era un hombre muy amable, respetuoso y el mejor jefe que todos hubieran deseado aunque en ocasiones si era un poco fastidioso.

-No sé que decir.

-Solo di " gracias, daré todo de mi"

Sugirió Lidia sonriente.

-Gracias, daré...

Samatha recordó el sobre que permanecia dentro de su bolso el cual podía contener su sentencia haciendola sentir temor y dudas.

-Daré todo de mi...

Todos aplaudieron mientras Erick dirigía a Samantha al centro de la mesa donde habían bocadillos y un pastel hermoso.

Mientras todos bebían de las copas y disfrutaban de los bocadillos Samantha jugaba con su copa un poco perdida.

-¿No estas feliz?

Preguntó Lidia al acercarse a Samantha.

-Si lo estoy.

-Pues no parece.

-No es eso, lo que pasa es que aún no lo creo.

- ¿Por qué no? Eres una de las mejores de aquí, incluyéndome a mi. Es algo que ambas hemos fantaseado y ¡ tu lo lograste!

- lo sé.

Lidia abrazó nuevamente a Samantha.

-¡Alégrate!

-¡Si tienes razón!

Samantha dejó atras ese ánimo para disfrutar su nombramiento...

Samantha arrojó su bolso al sofa de su apartamento, caminó hacia su habitacion quitandose todo lo que traia puesto para darse un baño rapido ya que habia quedado con Kevin en el mismo restaurante que por años visitaban por ser el favorito de ambos.

El vestido negro hacia lucir hermosa a Samantha.

tomó el bolso del sofá y de este solo sacó las llaves del auto, su cartera y el teléfono para cambiarlo a otra bolsa color negro.

Al entrar al restaurante se dirigió a la misma mesa que siempre elegían con Kevin, sonrió al ver al hombre con quien había compartido muchos años de su vida.

Él se levantó de la mesa al verla acercarse beso sus labios rosas.

-Siéntate mi amor.

-Gracias.

Kevin llamó al mesero y le susurró al oído.

-Si, señor.

Él hombre se retiró dejando solos a la pareja.

-¿Cómo estás? No hemos hablado desde ayer.

-Si lo sé, he estado un poco ocupada, pero dime ¿como te fue con tu mamá?

-Muy, muy , bien. Te mandó muchos besos, que te los daré más tarde.

Kevin tomó la mano de Samanrha besándola tiernamente aunque inmediatamente fue interrumpido por él mesero que llegaba con una botella de champañe.

Samantha sonrió un poco confundida.

-Lidia, me lo dijó. ¡ Felicidades! se lo mucho que lo querías y lo mucho que has trabajado para ese puesto y por fin conseguiste, así que hay que celebrar.

-Lo sé, se lo mucho que he trabajado por esto, pero hay una sensación extraña en mi.

-Lo harás muy bien.

Kevin sirvió las dos copas.

-¡Salud!

-¡Salud!

Respondió Samantha, mientras tomaba un sorbo al igual que Kevin.

–Además...

Él tomó nuevamente la mano de Samantha admirando el hermoso anillo que le había entregado unos meses antes cuando le habia propuesto matrimonio en ese mismo restaurante.

-Todo esta yendo de maravilla con la boda.

Ella sonrió.

-Todo esta yendo como se supone debería ir ¿no?

Respondió Samantha.

-Asi es...

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