Login to MoboReader
icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon
Bailando con el diablo

Bailando con el diablo

Marian.C.T

5.0
calificaciones
378
Vistas
5
Capítulo

Hay dicho que cita "No le busques la quinta pata al gato" Ahora lo que comenzó como un error se ha vuelto un infierno. Mi madre siempre me dijo que no me metiera en lo que no me incumbía, pero no soy alguien de quedarme en un solo lugar o quedarme con la duda. Ahora el diablo me tenía presa. En mi defensa yo me aleje de él tan rápido como pude, pero él derribó todas mis defensas porque le salía de los cojones. Quiere poseerme, dominarme y retenerme. Pero no tengo planes de quedarme en su mundo sangriento, no es lo que tenía planeado para mi vida. Pero muy bien dicen por ahí. Al que no quiere caldo le dan dos tazas.

Capítulo 1 1 GENEVIVE.

Miro las grandes puertas de la universidad, no podía creer que ya me encontraba en este lugar, batalle mucho para poder conseguir una beca completa ya que mis padres no podían permitirse pagar algo tan caro. Justo el día de mi graduación de secundaria el mensaje de aceptación, la emoción no cabía dentro de mi pequeño cuerpo.

Sin embargo no había contado con el apoyo de mis padres, dos personas completamente religiosas, según sus pensamientos yo debería estar casada con un hombre, atenderlo y llevar una vida de golpes, parir hasta cinco hijos y no poder disfrutar de mi feminidad.

Pero debo sentirme orgullosa por mi decisión porque lo mío es el mundo de las leyes, tengo ese alma guerrera y valiente que tanto puede caracterizar a un abogado.

Con mi única maleta entré al gran edificio donde me entregaron toda la información universitaria, pero no era la única que iba a esperar, de hecho era una gran fila acapara mitad del pasillo, aquello iba a tardar, pero iba a valer cada maldito segundo de mi tiempo.

- Escuché que Andrew Matarrazí estudiará aquí. - Unas chicas delante de ella parloteaban acerca de un chico

Yo sabía perfectamente quien era Andrew Matarrazí, todo mi cuerpo se erizo al escuchar aquel nombre que en el pasado le causó pesadillas, desafortunadamente estudiaron en el mismo instituto, él fue su matón en la escuela. Pero mi mejor año fue el último, cuando él tuvo que irse, absolutamente todos se olvidaron de mí y pude apreciar lo bello de la vida... hasta que llegaba a mi casa y nuevamente volvía a estar en constantes humillaciones.

- Ese hombre es hermoso. - comenta otra chica, mientras intento aguantar mis ganas de vomitar.

Justo en aquel instante varios hombres vestidos de traje negro comenzarón a hacerse paso entre la multitud de estudiantes, las chicas delante de mí se arreglaron rapidamente y acomodar sus senos dentro de sus blusas, coloco los ojos en blanco, pero a la vez a la expectativa de saber quien era la persona importante.

Pero... los latidos de mi corazón se hicieron más lentos al ver de quien se trataba. Aquel chico alto, de ojos verdes y con el cabello largo y recogido en una coleta, atravesó el pasillo con sus aires de grandeza, era cierto lo que dijeron las chicas delante de mí. Andrew Matarrazí estaba en su universidad. Sus ojos color esmeralda se chocaron con los míos y una sonrisa de pura maldad se fue dibujando en su rostro. una gran gota de sudor comenzó a bajar por toda mi espalda, trago grueso y aparto mi mirada.

Quería salir corriendo de aquel lugar, me fui de la ciudad en busca de una nueva vida y el pasado me siguió hasta aquí. Mi cerebro lanzaba ideas al aire y ninguna las consideraba, estudiar en esta universidad es mi sueño, y se estaba desmoronando con la presencia de Matarazzi.

Sin embargo él siguió caminando hasta perderse al doblar por un pasillo. Las chicas delante de mí comenzaron a crear sus fantasías junto a Andrew y eso fue muy repugnante

Coloque mis audífonos para evitar seguir escuchando aquella conversación y en 1hora ya me encontraba caminando por los pasillos en busca de mi habitación, pero sin dejar de ver detrás de mí. Estos son los efectos que ocasiona Andrew, Muchas veces "Iba a la escuela" pero en realidad me escapaba, para no verlo tan siquiera un día a la semana.

Lo más peculiar de todo esto son aquellos hombres de traje, nunca los vi caminar por la escuela protegiendo a ese hijo de perra, ¿Que habrá cambiado en su vida? El señor Matarrazí, es un empresario muy reconocido, pero no tanto como para adquirir esta clase de protección. iba tan de lleno en mis teorías, que choque con, con alguien o con algo, porque era realmente duro. Mis audinos caen al suelo y de inmediato escucho el barullo de los nuevos universitarios y de repente... todo en silencio. Levanto mi mirada y mi respiración se corta, no sé cómo respirar en estos momentos, iba a necesitar mi inhalador nuevamente, o tal vez deba irme corriendo muy rápido de allí.

- Vaya. - su voz había cambiado, se escuchaba más varonil, se coloca en cuclillas, y aquella niña interior en mi grita como una loca. - Genevieve Baltimore. - la forma en cómo pronunciar mi nombre se escuchaba exquisito, aquel acento italiano le daba el toque de sensualidad... -¡Que te pasa idiota es Andrew Matarrazí! exclama la voz en mi cabeza. - Siempre has sido una chiquilla despistada.

- Lo... lo... lo siento. - respondo tartamudeando.

- Y sigues siendo igual de tímida. - niega con su cabeza, Andrew se levanta y me tiende la mano, lo veo con desconfianza sabiendo perfectamente cómo es él. - Vamos Gen, no tengo todo el día.

Tomo toda la valentía que tengo guardada en lo más remoto de mi ser y me levanto sin su ayuda. Nuevamente aquella sonrisa que me dio cuando nos vimos al principio, asintió con su cabeza como si respondiera a sus pensamientos, Andrew me recorrió con la mirada y debo decirme que me sentí un poco desnuda.

Yo cambié durante los dos últimos años, ahora tenía senos y curvas un tanto pronunciadas y ya no tenía esos brackets que tanto me acomplejaron, ahora si estaba luciendo como toda una mujer. Yo no me vestía como una mojigata, llevaba un jean rasgado y una sueter blanco cuello en V, mi cabello estaba suelto y tinturado de rojo.

- Entre todas las universidades de este país justo tenías que venir aquí. - suelto con valentía.

Andrew lanza una carcajada fuerte.

- Al contrario, me sorprende que estés en esta universidad, sobre todo porque tus padres no se pueden permitir pagar esto y... que yo recuerde iba a ser monja ¿Que sucedió?

A nuestro alrededor se comienzan a escuchar murmullos.

- Me gradué como la mejor de la escuela, apliqué para una beca y me aceptaron y con respecto a lo último... no.

Nuevamente Andrew sonríe en grande.

- Quién lo diría. - Da unos cuantos pasos para comenzar a caminar a mi alrededor, podía sentir su respiración muy cerca de mí. - ahora luces cogible. - susurra a mi oído.

Mi piel se eriza.

- Eso solo lo verás en tus sueños.

Más nerviosa que nunca, pero con el orgullo hasta el cielo comienzo a caminar lejos de él, algunos me miraban, pero la única mirada cargada que podía sentir sobre mi nuca era la de Andrew Matarrazí.

Seguir leyendo

Otros libros de Marian.C.T

Ver más

Quizás también le guste

Nunca digas nunca

Nunca digas nunca

Romance

5.0

Sólo hace falta un segundo para que el mundo de una persona se derrumbe. Este fue el caso de Hannah. Durante cuatro años le entregó todo su amor a su marido, pero un día él le dijo fríamente: "Divorciémonos". Hasta ahora se dio cuenta de que todos sus esfuerzos de los últimos años fueron en vano. Su marido no la amó. Mientras ella procesaba la noticia, la voz indiferente continuó: "Deja de fingir que estás sorprendida. Nunca dije que te amaba. Mi corazón siempre ha pertenecido a Eliana. Sólo me casé contigo para apaciguar a mis padres". El corazón de Hannah se rompió en un millón de pedazos cuando firmó los papeles del divorcio, marcando el final de su reinado como esposa devota. La mujer fuerte que tenía dentro rápidamente se manifestó. En ese momento, juró no volver a depender de un hombre nunca más. Su aura era extraordinaria cuando se embarcó en el viaje por encontrarse a sí misma y dominar su propio destino. Cuando regresó, había madurado mucho y era completamente diferente de la esposa dócil que todos conocieron. "¿Qué estás haciendo aquí, Hannah? ¿Es tu truco para llamar mi atención?", preguntó su arrogante exmarido. Antes de que pudiera responder, un CEO autoritario apareció de la nada y la tomó en sus brazos. Él le sonrió y, en tono de amenaza, dijo: "Sólo para advertirle, señor, ella es mi amada esposa. ¡Aléjese de ella!". El exmarido no podía creer lo que oía. Él pensó que ningún hombre se casaría jamás con Hannah, pero ella le demostró que estaba equivocado. Pensó que ella nunca lograría nada. No sabía que habría aún más sorpresas por venir...

Capítulo
Leer ahora
Descargar libro