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Capítulo

-No te conozco... Villa -susurro, deposita un pequeño beso en mis labios y dice... -No necesito que me conozcas, tú me has vuelto loco con solo mirarte, no había sentido eso por nadie Aún sigo sin saber que ha sucedido afuera, me he dejado llevar por su cara triste y furiosa, me he dejado besar sin control, y he conseguido volver loco a un hombre con mucho poder. -Quiero cuidarte. - ¿Cuidarme de qué? - Suspiro - No necesito que me cuide, no necesito que me ayudes. -Deja de ser tan testaruda Angela.

Capítulo 1 PRÓLOGO

Noviembre, 2020.

- Ángela...

La Vida es un camino, para algunos es largo como para otros muy cortos... Y cada vez que das un paso nunca sabes a dónde vas a parar solo sigues ahí, caminando hasta que das el último respiro...

- Ángela...

Sigues ahí viviendo hasta llegar al final de ese camino sin saber que va pasar contigo durante todo ese trayecto, pero yo...

- ¿Me has escuchado, Ángela?

Mi nombre es Ángela y yo estaba sobreviviendo a un infierno de vida, tratando de no morir en el intento de vivir.

- Debes oírme...

La voz de aquel hombre que había cambiado mi vida se escuchaba muy lejos de mí, llamando me por mi nombre miles de veces y haciéndome preguntas sin recibir respuesta de mi parte porque yo estaba... ¿Yo? Yo estaba consumida en el mar de miedos, en medio de los nervios que me consumían y la angustia de querer despertar de esta pesadilla justo ahora, tanto así que no me dejaba prestarle atención al hombre parado frente a mí.

¡Plo! ¡Plo! *sonido de armas de fuego*

Al fondo de su voz se escuchaba el eco de los disparos, apoderándose del lugar en el que estábamos. Pero por mi cabeza solo pasaba "En que rayos te has metido Ángela"... No entiendo que hago aquí después de tanto que tuve que pasar para estabilizar mi vida y vine fue a parar aquí por culpa de mi débil corazón que por tanto tiempo había protegido, mi débil corazón se perdió en un par de ojos grises que me hipnotizaron enseguida, esos benditos ojos grises me han desviado de tener una vida sana, derrumbando a toda costa todo lo que construí con mucho esfuerzo.

De pronto deje de oír su voz en el eco de mis pensamientos y ahora solo escuchaba disparos y explosiones por todo lados.

De pronto pegue un brinquito cuando sentí su mano fría y pesada sobre mi mejilla caliente, enseguida desperté de mis pensamientos y ahora todo se escuchaba con claridad y aún con más fuerza, eso hizo que más terror entraba en mi ser. Mi mirada enseguida se encontró con la suya, mi mente se empezó aclarar y a sentar cabeza sobre lo que estaba pasando justo ahora.

El hombre estaba de pie frente a mí, se veía fuerte sin ninguna gota de miedo en su cuerpo y al mismo tiempo reflejaba enojo en su rostro, su mirada es completamente de rabia pero estaba segura de que yo no era la causa de que estuviera así. Lo primero que salió de su boca fue...

- Ángela, no dejaré que nada malo te pase ¿Me oyes? - Me dijo con mucha seguridad en su boca, como tratando de darme tranquilidad. Ahora si podía escuchar su voz claramente.

Uno de sus hombre le hizo una especie de seña, el volvió a mirarme y trate de hablar pero mis labios temblaban; nunca en mi vida había sentido tanto terror de morir, si es que eso estaba a punto de pasar.

- Chiquita, debes volver a mí y dejar tu miedos a un lado... - susurro acercándose a mí, su voz se volvió dulce y al mismo tiempo triste - Debes ser mi ángel de la guardia, como lo has sido siempre... - El intentaba traer de vuelta a la chica que conoció y que tanta confianza le había brindado, pero esta vez se me hacía imposible.

No dijo nada más ni tampoco le dije nada, solo lo miraba pero justo ahora verlo no me causaba más que terror, justo ahora los minutos se volvían segundos, el tiempo era cada vez menos y estaba más que contado.

Tomo mi mano con fuerza y me llevo consigo, trataba de llevar el mismo paso que él, pero iba tan de prisa por ese largo pasillo en el que estamos que no lograba seguirle el paso, cada vez se ponía más oscuro y cada vez los disparos se oían menos pero eso no significaba nada bueno.

De pronto vi una luz al final del pasillo y antes de llegar él se paró frente a mí, al igual que los hombres que nos acompañaban, volteo para verme y me dijo...

- ¡Toma Ángela! Asegúrate de usarla bien - me dice pasándome un arma de fuego, baje la mirada hacia ella y me quedé invalida al verla no podía hacer nada al respecto solo me le quedé viendo - ¡Toma Ángela! - grito con fuerza.

- ¡Jefe! - le llamó el mismo hombre de hace unos minutos.

- ¡¿Qué?! - le grita con furia y enseguida volteo a verlo, sabía que esa ira la había ocasionado al no hacer lo que me pedía y agarrar el arma.

- ¡Hay que seguir! - le dijo con rabia aquel hombre parado frente a él. Respire profundo antes de volviera a dirigirse a mí, actúe inconsciente de lo que hacía y tome el arma como pude, enseguida me miró, tomo un profundo respiro ante mi acto y paso su mano libre por su nuca

- Yo... - trate de decir pero me interrumpió. Seguimos caminando hasta por fin llegar al final del pasillo.

- ¡Tom! - gritó llamando a uno de los hombres, era el hombre más blanco entre ellos, enseguida el hombre llegó hasta nosotros - Llévatela ¡Ya!... - le susurró al oído pero pude escucharlo. Reaccioné rápido.

- ¡¿Qué?! ¡No me iré de aquí! - le grite acercándome a él, tome su brazo con fuerza pero me zafo de él con rapidez. Sentía miedo de estar con él pero era la única manera de mantener me a salvo.

- Te iras de aquí, Ángela... ¡Ahora mismo! No soportaría que te pasara algo chiquita - dijo furioso, me quede sin palabras frente a él y fue cuando el hombre llamado Tom me tomo de la cintura, me subió a su espalda y me llevo con el.

- ¡Suéltame! - le grite con todas mis fuerzas e intente zafar me dé su agarre pero es muy fuerte como para que pueda lograrlo - ¡No quiero irme! ¡No entiendes!

- Debemos irnos señorita - dijo Tom.

- ¡Vete! - me dijo sin más, dándose vuelta para no verme más - Si le pasa algo te mato, Tom... - fueron sus últimas palabras con un tono de voz amenazador y cruel.

Tom me cargo hasta una camioneta donde dos hombres nos esperaban, me subieron a la camioneta contra mi voluntad y empezaron a conducir, voltee para verlo y estaba parado viendo como la camioneta se alejaba de él. Cuando estuve a punto de perder su mirada una fuerte explosión hizo desaparecer todo lo que estaba dejando atrás, su mirada se perdió entre el humo y el fuego de aquella explosión, mi corazón dejó de latir por un instante, me desespere, comencé a gritar con todas mis fuerzas su nombre, intenté salir de la camioneta pero los brazos de un hombre grande me detuvieron antes de hacerlo...

- ¡Demon!

No podía creer que lo estaba perdiendo, que sería la última vez que lo iba a ver y tampoco pensé que iba hacer así. Ahora solo pensaba en que pasaría conmigo...

- Demon...

La vida te enseña a querer, pero jamás te enseña a perder lo que tanto quieres.

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