sonriente
ar el broche de presión de sus jeans. Él inclinó la espalda lo suficiente como para dejarle espacio para hacerlo y ella arañó la parte delantera de sus pantalones. De r
a velocida
tó y ella agarró su mandíbula, girando su rostro lo suficiente co
hotel!" gritó un hombre. "Este es
los y se retorció contra el bulto de sus pantalones, moviéndose arrib
los hombres gritó.
asos y giró, metiéndolos a ambos dentro de la camioneta. Terminó sentándose a horcajadas sobre su regazo con su trasero posado en el borde
Las ventanas estaban polarizadas y esperaba que nadie pudiera verlas. Él la besó con suficiente
la, dejándolos a ambos jadeando.
de espaldas sobre el asiento de cuero y él se deslizó todo el camino hasta la puerta, todavía abrazándola. Una de sus piernas est
te pa
su otra mano para agarrar su muslo interior y empujarlo hacia el compartimento delantero. Golpeó el asiento del lado del pasajero. Él la soltó y ella gritó cuando sus dedos
atrás ante el toque burlón
onfía en mí pa
marlo. Era el único pensamiento sensato que tenía. Podría hacer que dejara de jugar con su clítoris palpitante. Era el centro de su m
. Cada músculo de su cuerpo pareció tensarse y luego gritó, corriéndose con fuerza. Ella tomó aire y habría g
bra, pero ella podía distinguir la forma de sus ojos. Su pulgar rodeó su clítoris, causando que se sacudie
ca. "Lo siento. Hay alguien en la azotea del hotel y pa
ras que su posición despatarrada ocupaba la mayor parte del banco. Esperaba que él no pudiera ver su rostro mejor de lo que ella podía ver el suyo. El calor subió
, me puse
na mueca. "
e del pelo, rasga mi camisa y
aba la memoria. Ella soltó su muñeca y levantó la mano, sintiendo la parte d
stado besando, preguntándose si había hecho algo más que m
imarme, Vanni.
nte en su mano izquierda captó su atención. La re
o y un gemido combinados. "Vi el anillo
n Smiley. Estaría furioso y herido. No importaría por qué había su