Una Luna para el Alfa
contraste con el frío y la dureza de la noche anterior. Intentó abrir sus ojos, pero una fuerte punzada en su cabeza y
emente una gruesa voz - el médico d
. ¿El médico dijo? Entonces, había logrado escapar de aquel lo
asustado que e
pero su instinto, bueno, este estaba partido a la mitad. Una parte le decía que debía salir de allí lo antes posible, mientras que la otra le hacía sentir que estaba segura, que no había razones para temer o correr
vas palabras. - Pero también lo bastante insensata como par
scansaba está ubicada en un rincón de la estancia junto a la ventana. La chimenea está centrada en el lado derecho de la estancia, y el calor proveniente de ella es lo que mantiene tibio el l
labras, completando sus ideas, ideas que
ero esta vez es acompañada del sonido de una puerta al abrirse. - Te preparé un poco de carne. - aquel
ños, o tal vez los pasaba únicamente por un par de años, cercano a los dos metros y de musculatura marcada, unos leves mechones de cabello rojo enmarcan
se acerca un poco más a ella. - Luces
e dónde está, quién es aquel hombre y mucho menos entiende qué
. - no me acercaré si eso es lo que quie
egunta al tiempo que
ensaba respetar tu decisión de no mostrarte aún ante mí, pero cuando comenzó la lluvia y seguías sin moverte de aquel lugar. Me preocupó que el lati
. ¡No! Se regaña a sí misma al pensar en aquellas viejas historias que le contaba su madre. Segundo, fue apenas l
la muerte, pero gracias a la Madre Luna, tus signos vitales se calmaban cuando me acercaba, así que me quedé al pie de tu cama los últimos cinco d
tipo? No lo sabe, pero tampoco p
uí, por favor - dice
no que salgas con este clima. - respond
! - grita cediendo al te
i me dejas,
ás el tono de su voz. - quiero irme de aquí, no sé
tu casa - replic
dónde sale su valor, pero hace el a
e sujeta con fuerza su cintura o de la que encierra sus muñecas, pero eso es lo de menos; en ese momento, lo que desea poder entender es cómo fue posible que la mirada de aquel desconocido cambiara de aquella manera tan inh
lob
i rebelde l
ento retiró su vista de aquellas dos piezas de cielo que adornan el rostro de su Luna. Acomodando el cuerpo de esta sobre la cama, la cubre para mant
a lobuna logra colarse entre la bruma, distinguiendo a lo lejos un lobo gris, su desterrado y viejo padre. Dejando salir un gruñido de advertencia, los pasos en reversa del lo
humana. - Expone aquel hombre mientras cam
nda oscuridad que corre en el viento. Es como si ya se hub
cada uno perdidos en su pensamiento, cada u
o el bosque con su armonía. No pude identificar qué
manadas han enfrentado muchos cambios a lo largo de los años,
los ventanales principales del lugar. después de un momento, el anc
lo mejor advertir a las manadas y prepar