Mi destino lleva tu nombre
preguntó Nati, haciendo señas-
e improviso, ocultando una serie de papeles dispersos sobre mi
da-. Con Gastón iremos al centr
ativa-. No demoren mucho, q
bservó co
sada-. Llegamos pronto. Otra cosa, ¡despierta!, p
a sonreír y
ario. Teníamos un lenguaje propio. Ella sabía cuándo entrar y cuándo debía mantenerse al margen, y aunque la confian
más de un mes. Viajaría hacia mi paraíso, hacia ese lugar que me ayudaría a des
o una especie de clave secreta. La que me había pedido que la leyera solo cuando estuviera a bordo, en la co
ntía que los dedos se me iban directo hacia el interior de ese sobre. Era como si
l cine y el abrir y cerrar de supuestas lecturas y escritos que quedaron inconclusos, de manera que en cada hoja aparecía su rostro. La inquietud
os hacían ondas simulando a un Gandalf en pequeña dimensión. Era rememorar cómo as
as, dejando el calendario lleno de pequeñas anotaciones en rojo, descartando números, además que Andy me alentaba a que p
sprenderme de emociones fuertes que ya estaban superadas, igualmente necesitaba sacudirme como
enía sus consecuencias, pues el estrés típico, ciertos dolores a la espalda por pasar largas horas frente al computador me tenían algo compungida. Asimismo, me daba au
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illosas localidades dentro de la región, estaban las parrilladas y las visitas de mis amistades, que apenas se enteraron de mi ida, ya esta
cual podía hablar desde farándula hasta el último invento realizado por la ciencia
Irving Wallace, pero me quedé mirándole como si hubiera visto al mismo protagonista de la nove
Pero era mejor, pues creí que él sería el más apropiado para aconsejarme, pues entre las mujeres solíamos ser más pasion
bía callado, intentando de equilibrar mis emociones, mi c
ra que me hizo nu
Al
Ni
té con sorpresa
razón. Bi
corazón me salí
ayasa-, aquí, tratan
e trataba de llamarte
z peor -comenté con cierta vergüenza-. Pero
o interru
rmeza-. Al contrario,
ndió con parsimonia-. Qu
é con un dejo de t
sanimada? -consult
era porque ya la esta
un poco de
-aseveró con ternura-. Y tus
claré-, solo con la ans
-, no has abierto
que había estado a
-repliqué firme-. Lo h
ien, t
latía mil
en mí.
... -refutó-. Co
én yo,
despedirme y desearte un buen
presión e
gué algo nerviosa-. Te a
ontenta-. ¡Gracias!
. Es una
ho, corazón,
te cuid
afirmó-. Te qui
én te
a pro
u, A
fecto, así de rápido por alguien, pero con ella era todo distinto. De hecho, todo era más sencillo. Y no estaba bien que mi ánimo decayera, cuando había soñado con este viaje desde hacía tanto, pues cuadrando trabajos como trabajando en otros, hubiera estado saltando en una pata de felicidad y,imiento, ya que mi hermana y su novio l
sono-. Nina, anda a lavarte
i a lavar las manos, pero me encontré
bien,
er, ¡con
sconfiada-. ¿Es
a novela media tristona -contes
que ver Pa
para
ace raro que ustedes
con tranquilidad-.
cualquier cosa me dices. Somos herm
todo está bien. Cada uno por su
que estés bien y, ¡oye! ¡Hagamos al
risa- . Algo rico para com
terror! -gritó, des
Nati-. Ya, vamos a comer, y
ándola en
del amor, cuando no era así. Creían que todavía tenía sentimientos hacia Pali, o que no había superad
yo teníamos las cosas claras, po
un pan alargado con una salchicha en el medio, acompañada de distinto