Matt : La venganza del CEO
rcajadas le entra la curiosidad "¿Qué la hace feliz? ¿Qué la hace r
había caído en cuenta que la señorita Peralta era la capitán de las porristas, la observo atenta, de ser de la misma edad, Angela, no sería rival para ella en nada, bonita ,atlética aunque no muy sobresaliente, su fuerte er
tarde
stra ¿Gusta
gusta hacer sentir mal a los demás menos a sus alumnos-
ver a los chicos- ...
de Matthew Alex
vo, Matt es el último que recibirá la estafeta por se
a preocupació
na le digo, ya ve
n no
jamás, jamás
mas siempre serio, ni yo que estoy vieja soy así de seria -frunc
, hará que me du
ae los entr
- señala
enador es
e por los entrenamientos no tiene tiempo de ir a c
io que vino por u
cuando fui de intercambio a Suecia, lo
s es su único día q
a universidad, además me estoy postulando por un pues
uesto que va a p
trabajo, pero haré todo
eír a Raquel, las risas llegan a los chicos y Ricardo, no pueden evitar reír al ver
e da vergüenza? -
er baja de estatura, pero era animadora en las gradas de la porra, fui mascota de los
que había club
allan al instante y voltea
alta. -con au
desprecio- ya soy mujer y no una vieja sol
espeto es nu
porque
una y no como niña de primaria -se sienta y empieza a junta
anera nuestra capitana - le grita Ma
tá subiendo las gra
el otro la
y hablan
cer nada, el equipo de atletismo deja de hacer sus prácticas, para ir a ver el escándalo, dos chicas le cierran el paso a Á
imple maestra, con usted no he tenido trato alguno ni siquiera le doy cla
ple hecho q
en cuenta, c
racias, toma sus cosas ,sigue su marcha ,llevaba unos pasos cuando siente como le dan un empujón por la espalda haciendo que ruede por las escaleras, da tres vueltas ,siente como le jalan el cabello, acto seguido escucha un grito, se incorpora
, Raquel, Mariana, me acomp
un pie en la dirección -
reverendo cacahuate si una de ustedes son hijas de la misma reina de Inglaterra , su comportamiento es inaceptable, sobre todo el tuyo Mariana, sí muy crecida porque no eres señorita y una mujer, si se n
bes qui
ón. Raquel, te agradezco tu defensa en serio, pero no es el modo, acompáñame -esta vez solo a Mariana ll
a esperando turno para entrar a dirección, se pone de pie, arregla su ropa, entra, Raquel
mo l
dad del asunto, no la van expulsar, pero si va estar vigi
así de creída, digo, todos somos igual de m
! No, no
us cosas, se ve
rac
a su amigo- deje ir por
beza las pasa a la espalda, su orgullo no le permite llorar plenamente, des
necesito d
monio - por no ir viendo choca con Angela ha
o Raquel- Ya está lastimada y tú la
ponerse de pie, Raquel se ofrece de apoyo
la, la pelirroja se apoya en ella
ree que pue
poco la muñeca derecha, per
t, ha
a las llaves del auto con un llavero de Alf - toma llévalas a
eja las cosas en el piso va por la maestra que ya fría del cuerpo le duele moverse su dificultando su salida, el adolescente le ayuda a bajar cierra el automóvil, da un portazo, entran a la izquierda esta un sillón de tres piezas justo debajo de la ventana es ahí donde la sienta ,frente del sillón una mesa de centro de madera, en frente un mueble con la televisión y un estéreo, a la derecha la cocina tan grande como el sillón de tres piezas ,estufa ,tarja de una tina y un refrigerador formaban una sola línea en frente de la tarja viendo a la calle una ventana que por fuera tiene una maseta con hierba silvestre ya que nunca hizo que creciera cilantro ,una sola alacena donde guardaba latas y especias, frente a la cocina un antecomedor para dos personas, tenía un mueble para el agua y otro para guardar los platos, un pasillo de unos cincuenta cent