Maximiliano Fisterra
* *Merlí * * *
e pides-. ¿Crees que parezco de 26? Me siento como de 50 después de tanto trabajo -bromea;
o que le digo mientras seguimos caminando
a-. ¡Ocho de la noche, Merlí! ¡OCHO DE LA NOCHE! -indica al mostrarme la pantalla de su celular-. ¡¿Lo ves?! ¡¿Eh?! ¡Pero es que ese tipo me v
sandra,
ada-. Claro, se aprovecha porque tenemos nuestras necesidades. Yo tengo un hijo al que mantener y tú tienes a tu abuela y al eb
ien. No es que sea la primera vez que alguien me lo diga y, aparte.
aciéndote cargo de tu padre. Entiendo que
padre. No lo dejaría -expreso total
te "Santa Merlí" -precisa; y yo sonrío divertida-. Dios santo... ¡Que te admiro, Merlí! ¡Que te admiro! ¡Te admiro mucho! -exclama con su exagerado tono de voz y a mí no me toca más que re
dar y está con la boca entre abierta, con un rostro que ref
al observarla con mi ceño frunci
s dos autos negros estacion
desviar mi vista en dirección a mi c
obre aquella, confirmo l
de algún
a cuando, de repente, se hace escuchar un dis
gra espantarme y preocuparme. Así que, sin pensarlo dos veces
entrar, unos tipos salen de aquella y me em
mediato, procedo a ponerme
quiénes eran esos tipos vestidos de traje (como si fueran
ne en mi camino y, de manera sorpresiva, toma mi brazo-. ¡¿Qué le pasa?! ¡Sué
que articula el hombre para luego sonre
, no sin antes pronunciar unas palabras que me dejan confundida-. ¡Esperamos
o, yo me apresuro en
a y con un disparo en su muslo-. Papá, papá, llamaré
no lo
herido
hagas,
ap
o, de pronto, la voz de mi
, ¿está
tan mal a mi único hijo -precisa llorosa al tiem
a? ¿Est
, vete
sola palabra, m
te! Ah... aaa...
o muy preocupada a
hija,
Qu
, mi a
preocupada cuando aquell
que dice y después, se
EN EL HOSPIT
o a mi padre? -le pregunto al hombre q
pero ambos necesitan descansar;
edo ha
favor, pero le recuerdo que sol
pondo y, luego de eso, aquel me lle
idamente, me acerco a
surro; y ella
a mi nombre con difi
anquila, es
í, ve
entiendo d
vend
Qu
luego, se echa a llorar-
e estás hablando, abu
me quedo completamente absorta y desconcertada-. Vete, Merlí, vete... me suplica y, de
único que me dijeron era que esperara afuera, pero no podía hacerl
erlo, así que me escabullí
o mando a qu
e acaba de d
Dije que no qu
¡Responde carajo! ¡¿Me vendiste?! -exclamo exaltada, pero
, logrando así que él se quejara del dolor, debido a su pie
eron claros. Si tú no estás en su burdel, dentro de 24 horas, vendrían por mí... y por tu abuela -señala sin
tan ruin. De pronto, siento las lágrimas rodar por mis mejillas;
burdel? ¿Con qu
iar con ellos porq
ncrepo furiosa-. ¡Dame la dirección del maldito luga
y el nombre del
e está
. -termina de decir y, rápidamente, me
rruinar mi neg
-lo insulto y, después de eso,
EN EL BURDEL
óndito lugar; y un hom
re -e
had -digo muy seria;
che. No creas que se
on Rashad! ¡Dón
eso me hace perder el equilibrio hasta el punto de senti
imponente y sexi hombre de traje muy elegante y a l
hacia el hombre que me había empujado y tirarle una bofetada-. ¿Re
eñor,
uy autoritario-. Y sabes lo que eso significa -le dice; y el hombre palidece-. Llé
* * * * * * *
* * Bayá * * *
ero que digo, al ingresar a la
cía nueva, en m
Qu
ven de
pagar así? -cue
ñor
sta. Todas las mujeres son igua
o compensar
ué la s
olo ha tenido un novio; es probable que sea virgen
nciono seguro-. Solo espero que e
pide uno de los hombres que trabajaba para mí, al poner unos papele
eciso al tirar la imagen sobre el
ejor ingreso -señala y, de
amada -le orde
túpida cláusula que mi padre había puesto como único req
Le mostraré que la m
-pregunto
lo esperado. Justo para el
omo digas, sino ya sabes l
voy al salón de ventas sin esperar
servar cómo están nuestr
asiento -me pide uno de
la pasarela. Mujeres que decidieron entrar al negocio por su propia voluntad, mujeres que sol
s lo único que me
ón y, de pronto, sale esa mujer que decidió venderse por
el brazo, a la fuerza, para pararse en el centro de la pasarela-. ¡SUÉLTENM
-pregunto molesto
ñor
DE AQUÍ! ¡YO VINE A NEGOCIAR EN NOMBRE DE MI PADRE! ¡NO A QUE ME PUSIERAN COM
olesto al levantarme de mi asiento y
me mira
de su padre?! ¡¿La
ñor
ESP
¿Cuál es la diferen...? OU
a voluntad, ¡No obligadas, idiota! ¡Q
* * * * * * *
* *Merlí * * *
idades de dinero por mí. Vine a este lugar a negociar, pero solo se limitaron a
para así encontrarme con la imagen d
rostro, pero no se lo permito, sino que, por el con
a y, luego de eso, eleva muy alto su mano y veo cómo tiene la intención de estamparla contra mi cara; sin embargo
abo de comprar! ¡Su primera
ermitió que me golpearan y el cual resulta se
r, perdón, perdone ust
el hombre alto y atrac
que no me
uí, esperando a que cualquiera te compre.
usted no qui
a estar conmigo; no tengo la necesidad -menciona autosuficiente-. Bueno, si quiere, me sigu
dor, así que sin pensarlo mucho, me pongo de pie y empiez
ba ni podía confiar, en lo más mínimo, en él, a