¡Basta! ¡Soy multimillonaria!
cursales del Grupo Simmons en Forden, y hacer que sus beneficios sean un cinco por ciento superiores a los del año anterior
pretó los
muerte que cuidaría del Grupo Roberts, así
para manipularla. Pero no la obligó a volver a casa. En
nios era s
, dijo Lucinda
mó el contrato. Luego a
entras la
le quedaban diez dólares. Ni siquiera podía pa
tocado l
a de Lucinda quedó bloqueada y tuvo que ocultar s
a la tomaron en serio ni su suegra ni su cuñada
hija menor de la familia Simmons, la más rica de todo
anato estaba en su lecho de muerte. Estaba de rodillas s
a vez has visto esa cantidad de dinero? Pero no te prestaré ni un céntimo. ¡Prefiero
ientes al sentirse h
a hermana de Nathaniel siempre que tuviera ocasió
pensamientos, alguien la agarró br
iró y vio qu
stro. Detrás de ella había unas señoras ricas con bolsas de la co
gra en su bolso y preguntó
podía creer que fuera tan fría con ella. Solí
e despellejaré viva si dejas que mi hijo pase hambre. ¿Y qué llevas puesto? ¡Eres una desgracia para nuestra f
te a dejar mi trabajo y cuidar de tu hijo. E hice todo lo que me pediste. ¿Pero alguna vez estuviste satisfecha? N
s. Sabían que esa mujer siempre trataba mal a su nuera, pe
jeres decidieron salir de ahí con cu
demonios está
pero el rápido discurso de
Sabes perfectamente d
rta de tus tonterías. Si vuelves a meterte conmigo, ¡