Casados e Indiferentes
lla pusiera todo de su parte para no pelear, él no se la dejaba nada fácil. En poco tiempo los papeles se habían invertido «que
edes ya no se encuentren aquí, de lo contrario hablare a la policía por allanamiento de morada y no creo que sea lo
misa completa y los rosarios que quieras c
-g
amiguitas de anoche, no creas que no estoy enterada de todo lo que has hecho durante este tiempo, y me vas qu
leto es tiempo de correr por mi vida y encomendarme a
ucho menos mi esposa, así que con tu permiso o sin él, señorita Bemberg, iré a disfrutar de la
eguro que no te gustara la manera en que me comportare, así que no tientes
ue estuviera huyendo de ell
mpañes, ni tú ni ellos. Así que vete a donde quieras, y deja de molestarme que ya n
aron no se le ha separado ni un segundo parecían ladillas pegadas. También disfruta ver como su ch
enes ni nada por el estilo. Mide tus p
a el muro,
punto. Si no te gusta la puerta está muy grande para que puedas salir por ella a la hora que quieras y recuerda no reg
Solo no te quejes lo que pasara después Holmberg
la mato. Esta mujer es imposible y latosa como solo ella sabe hacerlo m
as dramáticas
o sales de esta casa? Ya te dije que no iras a ningún lado sin mí, tú decides cariño que
amiga, espero la sepas controlar, porque lo que es yo no mas no la soporto
Nunca había visto que se pusiera de esa forma, su corazoncito brincaba de alegría por ello. Tampoco le dejaría las cosas fáciles, ve
Salió detrás de Alberto seguida de los chicos, después de encontrarlo en semejante estado, no lo
erder que estos dos term
á comportando de la mejor manera, no se d
¿Apos
una cabra, pero que sería de estos momentos sin la
spero que podamos controlarlos cuando estén a punto de matarse, no m
Qué más puede pasar con estos dos?, ya he
de ellos en el coche». Alberto iba pendiente de sus amigos, conociéndolos de seguro estaban hablando d
pasaba, ajena a todo lo que pasaba, ella observaba el hermoso resplandor de las avenidas
hecho cliente constante, el cantinero saludo muy emocio
be Tapatío le bailaba co
n la barra en cuanto llego, ac
serviste a él -replico Daniela
segura
tú juego, no quiero cargar contigo después, mucho menos que venga tú papi a culparme po
í se toma
hacer yo, hasta que entiendas que hablo en serio y me
no era experta en alcohol de ese tipo, pero si ten
buen estómago, de lo contrario para mañana no quiero quejas, ni cargar c
te lo bocón. Las mujeres también sabemos tomar
malo no quiere verse aplastado por una novata como yo -menciono Daniela, mi
os -grito Alberto sonriendo. Si ella quería jugar, quien era el para d