Del odio al amor hay un salto
es realmente lo que me molesta, aunque para ser sincero no sé que es. Mi teléfono vuelve a sonar una vez má
idalo,si quiero algo lo busco yo mismo. La dejo alegando algo que no alcanzo a escuchar y que estoy seguro no me gustarÃa de toda formas. Hace un frÃo de la fregada y mi piel empieza a ponerse roja. No estoy precisamente cerca y debo caminar unos cuantos kilómetros por lo menos y me siento mas fastidiando ahora. Camino por una hora y aun no he llegado,el teléfono me vibra en el bolsillo y estoy seguro de que es ella de nuevo. No deja de fastidiar ni por un momento. -¿Qué?-. Grito casi tiritando del frÃo. -¿Ya casi llegas? Date prisa que es tarde. Ahora estoy mas molesto que cuando salà de la casa de Tania,tal parece que no puede esperar. No respondo y corto la llamada. Sigo caminando y el móvil vuelve a sonar. Esta maldita mierda me está volviendo loco,deja de sonar un momento para empezar de nuevo,dejo que la mande a buzón,pero no deja de insistir. Tomo la porquerÃa del teléfono y lo abro enojado,saco la tarjeta sim y la hago pedazos con la boca para ver si asà me deja en paz. Mis pies duelen y la cabeza está apunto de estallarme y aún asà sigo caminado sin mirar a ningún punto fijo,soy un puto zombie. La vida se me está yendo de esta forma y no sé cómo parar,pero para ser honesto no creo realmente que quiera hacerlo y me importa una mierda si a alguien le gusta o no como soy,es mi vida y en ella nadie se mete. Alguien como yo no merece nada mejor,es lo que siempre he sabido,y lo que me han hecho entender. Primero mi padre al irse y abandonarme, después mi madre al demostrar lo poco que le importamos mi hermana y yo. Absolutamente nadie sabe nada acerca de mi vida. No he dejado que nadie en años se meta u opine. No me interesa. Por fin llego a casa,al entrar me doy cuenta de que se ha marchado,pero no lleva a MÃa con ella. La pequeña está dormida en su habitación. Ella es feliz en su pequeño mundo. En casa nadie puede hacer escenas. Lo que pasa en las Vegas se queda en las Vegas. Aquà está prohibido que alguien hable acerca de lo que pasa dentro de esta casa. Me acerco a su pequeña frente y le doy un beso,le cubro el cuerpo con la manta y pongo mi mano sobre su pecho. Está respirando,doy un suspiro agradecido. Es una costumbre ya revisarla cada noche. De pronto