LUCIANA BROWN
enía de frente, que a simple vista se veía una mujer de clase, lo único q
tenía, ese hombre era muy alto, moreno, tenía unos hermosos ojos cafés, su cabello negro y barba de días lo hacían ver increíbleme
ndo a ambos de la burbuj
lo y sabes que no podría perderte - Luciana sintió que su corazón se derritió al oírlo - ¿Y está hermosa dama quién es?
idió levantarse ella también del sueño, Santiago al ver lo que ella pensaba hacer, extendió una de s
ijo mirándol
niña y no pudo evitar sonrojarse. - Además no
ero creo que debo irme, tengo
iago, Luciana se arregló su v
l nombre de ninguno, dio media vuelta y se fue directo a la sala de juntas. Santiago hab
eligroso. - Ahora debo ir a la reunión, tú te vas a quedar en la oficina del señor Brown. Él te dejó helado y galletas, además podrás ver alguna pelí
r contigo y que ya no me vas a querer porque solo so
con ella, no dejaré que nadie te haga sentir mal. ¿Estamos cla
iago sonrió al oír a su pequeña, le gustaba la co
estaban Rose y Julián. - Julián, quiero que te quedes con Emy mientras estoy en la reunión - tanto Rose
erto era una mujer guapa, pero nunca había llamado su atención, además nu
e ya estoy retrasado. - la reunión tenía que haber empezado hacía diez minutos pero el
, Julián era como el segundo padre de Emily esa niña hacía a los
alegremente, ya que él señor Brown ha
que el Santiago que esperaban era el padre de la niña, cuando la puerta
as, ¿pudiste resolver el problema? - pregu
encuentra en su oficina. - Luciana s
unión, te voy a presentar a mi bella hija, la encargada de la empresa, Luciana Brown, cariño, él es Sa
o y tomó la de él, la corriente eléctrica que sintió antes se le extendió por todo el cuerpo, por lo
an que él era padre soltero, y que además siempre andaba con su hija. - Noso
'Brien, pronto se concentró en la presentación que tenía para los nuevos inversionistas, luego de dos horas la reunión fue todo un éxito, como siempre los m
tos - Luciana miró a su padre mientras recogía sus cosas.
edes es muy prestigiosa. - Santiago seguía t
, hija ¿ya te vas? - L
entes papá. Sabes que el trabajo no puede esperar - su p
por esas cosas el trabajo sí puede esperar. - Luciana lo miró, pero antes
con una gran sonrisa y los brazos abiertos rec
iró y sin quitar la sonris
es que cada vez que yo te decía que quería que los conociera siempre me decía
yo la conocí hoy pero nunca me dijo si
divertida y con cariño, Santiago sentía su corazón latir muy depris
- Luciana se sonrojó al oír a la niña, Ronald se echó a reír,
incómodas a la señorita - E
rro. Luciana se acercó a ell
su rostro. - Bien entonces nos veremos en estos días, ahora yo tengo que ir a trabajar - Luciana besó la mejilla de la niña, la cuál volvió a poner en los regazos de su padre, del cual también se despidió con un beso en la mejilla y cuando llegó a Santiago le tendió la mano, pero est