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El sueño del daimon

Capítulo 4 Encuentro de desterrados

Palabras:1317    |    Actualizado en: 15/07/2023

s estuvieron todos enfocados en defenderse entre ellos o, en el peor de los casos, fueron diezmados por los bandid

estaba envenenada. Sabía que los cazadores colocaban ciertos venenos en sus flechas para eliminar más rápido a las bestias gigantes que cazaban. Si fuera así, la única opción que le quedaba era recurrir a un chamán, ya que eran los únicos conocedores d

ueva, ambos hermanos tuvieron

í provienen del Norte, donde nace el Gran Río que divide los bosques de las tie

salientes de la espalda – Aun así, aunque logremos llegar, será peligroso. No podemos e

con el chamán de nuestra tribu, ¿Qu

mandarinas, por lo que Yerutí fue tras ellas y las tomó. Regresó al refugio, peló las frutas y se las entregó a su hermano en pequeños pedacitos para que pud

beza para evitar que éste se atragantara con la comida – Somo

os criados en cautiver

aron a guiarse por el bosque, así es que no tendría problemas con eso. Tampoco le preocupaban las bestias si no, más bien, encontrarse con un dai

ncados de los árboles. Ambos concluyeron que era periodo de recolección, en donde los recolectores regresaban a la tribu para distribuir las frutas, yerbas, hongos y animalitos pequeños que recolectaba

quí cerca – pensó Yerutí

la tribu de Guariní el grupo de recolectores siempre iban acompañ

que no tenemos esas cuerdas que nos colocaba durante el cautiverio,

demasiado atrayente que les borraba el raciocinio. Mientras se relamían los labios pensando en el

én atrapados. Yerutí, con su hermano a cuestas, fue directo hacia ahí y, antes de ll

ro qu

erutí dirigió su mirada hacia abajo y vio a un humano cubierto de plumas m

s señalaba con su báculo - ¡Casi creí que mi trampa no funcion

eguntó Yerutí - ¡Bá

su hermano a sacarse las cuerdas encima. Pero entonces, unas raíces enormes rodearon sus cuerpos y los inmovilizaron. La raíz que atrapó a Ar

En el fondo, reconoció que ese chamán era bastante poderoso y teme

a palparle el torso y continuó hablando – No me percaté de que lo hayan envenenado con una flecha de esas. ¡Y está muy av

erutí, creyendo que el chamán estaba lastima

rigió su mirada a Yerutí, haciendo que ésta tragara saliva al sentirse inspeccionada – Tranquila. Aunque no lo parezca, somos más parecidos de lo que crees. ¿Sabes? Yo también me escapé de mi trib

untó Yerutí - ¿Quiéne

Se cree que fueron bendecidos por los dioses para custodiar las llaves de la morada celestial. ¿Sabes? He pasado toda mi vida entrenando para

des nos liquidan y esclavizan! – reclamó

ontorno con un dedo y, de inmediato, el joven daimon lanzó un quej

lo en paz! ¡Har

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