Mi amor de cuentos
el enorme espejo del baño de Selina, m
onía que no debía estar limpiando después de mi repugnante hermana pequeña. No debe
nos en ese momento, no había nada que pudiera hacer para
y tiré el trapo al fregadero. Hice tal gesto tan rápido que
ador, y la rutina cada vez más ardua comenzaba a afectar mi apariencia. Mi cabello roji
cos por el mal champú y la falta de tiempo para arreglarse a fondo. Incluso había olvidado
s alrededor de mis ojos, aunque los iris
aba una mujer hermosa. Me sentí feliz de saber que la belleza qu
arios mechones sueltos en la cola de cab
as y necesitaba recuperarme rápidamente para estar presentable en el evento de esta noche. Había pas
la muerte de mi padre, Enya también se hiz
cabar con todo con su mala gestión y gastos exacerbados. A pesar de la incompetencia de mi madrast
ese negocio, la sociedad que acaba de fir
de joyería junto a Ferrari, con las modelos luciendo las piezas creadas
unes pasado, cuando Melina y yo fuimos a una taberna
años de vida, nunca había estado lejos de mí por más de veinticuatro horas. Ella era mi refug
amilia, en contra de la voluntad de Enya, por supuesto. Después de la fatalidad que le quitó la vida a mi padre, ella i
del mantenimiento del área exterior de la casa. Trabajó sin quejarse, a pesar
iscina, pero lamentablemente no tuve tiempo de hacer más. Y me gustaría hacer mucho más. Pero
jo y auto despreció cuando la pesada puerta del baño
sa en su bikini estampado con diminutas pájaros y u
mente
rándome en recoger la pequeña toalla blanca
a y la secó con la suya. -Lo siento, tengo prisa, tengo cinco cambios de ropa más esta mañana y todavía necesito preparar
tirse en una verdadera modelo. Desde hasta ese momento, solo había fotografia
de su madre. Selina era de tés más oscura que yo, un estilo bronceado, alta y delgada, pero su cuerpo casi no tenía cu
he. - dije emocionada, tratando de romper el
vas
Selina siempre era señal de mal agüero. Por supuesto, ella no quer
n de ir. -Dije sin