En los brazos de Marcello
a Ma
idor después de su muerte. Es cierto que quiero acercarme a los suyos, ya que son grandes enemigos que se entrometen en mis asuntos y arruinan muchos de
a que la protegÃa del frÃo. Llevaba una bonita sudadera y unos jeans que le quedaban
omo un tomate. HabÃa llorado
bolsa de comida. HabÃa pedido u
bre - respond
os y suspiré para no
eres morir?
n más pálido cuando men
por no querer c
la droga que inhalaste va a matarte
que esa comida no
burlo
estuvieras muerta, te disp
uieta unos segundos y luego
la comer tranquila y me ocupé de revisar mi celular. Me p
secretaria, lo cual me tranquilizaba un poco. Esa era la única cosa que podrÃa alarmarme. No me preocupaba nada
poder, lo que los lleva a recurrir a la corrupción y a hacer por lo que nos juzgan
no era quie
o a mi celular. Me habÃa enviado toda la inform
. bonito
la de su vehÃculo, fecha de nacimiento, universidad donde estudió, inform
hacia ella. ComÃa mu
ntación. No puedo concentrarme en absoluto en este caso. No logro ser ni la mitad de quien
que necesitas sobre el regidor? -
sp
. ¿Y tú? - ella ni siquiera sabÃa que estaba en otra
me cómo duermes tranquilo? Más bien, ¿Cómo lo
l, volvimos a conectar nuestras miradas.Si ella sigue re
uidaras tus palabras, como
ñana será otro largo dÃa. Aquà nadie va a molest
donde traes a todos tus rehenes? No m
con la
gares seguros. Necesitamos descansar para continuar mañana. Pero si quieres, p
y merezco vivirla. No debo pagar por nada que te
ida. Pero para que veas cómo son las cosas, el destino quiso que nos conociéramos. Yo quiero que vivas,
n quién estás habland
tenÃa la mirada más hermosa, pero creo que si
no, no sé tu nom
n rizado de su rostro que me
, no podrás deshacerte de mÃ. Sé que estás esperando ansiosamente el dÃa de mañana para que te
caron con cierta f
es de ponerme de pie y
e encontré con M
a dormir? - me preguntó Milena
nto? Mañana es otro dÃa - le pregu
meta ninguna locura, que no intent
con ella, al fin y al cabo, esa rubia al final se la lanzaremos a los perros. Tus hombres han hech
a, deteniéndome en medio de todos. Y volvà a alzar
untó Milena con u
, y punto - les re
asa? - me miró Aug
aña, yo iré más t
Milena iba
ta con el dedo, deseando que
cuché
ntrada y de la parte trasera. Los demás pueden descansar
cocina, tomé agua y me
ablos m
uestioné a mà mismo, tirando de mis cabellos, deseando golpear mi cabe
é asÃ. Ella es mi rehén, un punto clave para acercarme a aquellos
n niño frente a su puerta, me di cuenta de que
o? - le pregunté despu
siento segura - se
s de mà y me senté
que yo - volvimos a encontrarnos con la mirada. -Duerme, mañ
¿No van a volver a ponerme esa horrible dr
as palabras de Augusto. Ninguno de los dos apartó la mirada; solo
quién sabe si también mañana