Apuesta de matrimonio
erado resonó en su garganta. Esto solo podía ser una pesadilla, pensó. Justo cuando Ashley estaba preparándose para ir a l
ro ella lo odiaba porque el hombre era arrogante y sentía que tenía un ego desmesurado. Si Ash
le que fuera Ethan, no merecía vivir en las calles. Le llevó un tiempo conciliar el sueño, pero cuando despertó, el sol aún no había salido. Un golpe en la puert
u respiración se volvió pesada y Ashley vio a un hombre entrar en
e ir -
lmente a la acera y, cuando miró hacia adelante, vio aquel par de zapatos negros bien pulidos. Se encontraba en una posición humilla
-dijo Oliver-, ya
er no intentó ayudar a Ashley a levantarse. Ella apoyó las ma
go, estás muy equivocado -fue cont
-dijo él, apartand
quien tenía lágrimas en los oj
te lo prometo. Y también te la daré a ti. De lo
shley. Ethan ya era mayor y no podría
ró a Oliv
venga a vivir
er s
su reloj-. Puedo ofrecer una de mis casas para que é
ijo ella si
su brutalidad. Miró por la ventana mientras pedía que al menos pudiera despedirse de su padre, p
endirse, abrir la puerta del auto y saltar, tratando de convence
o civil. Oliver agarró nuevamente el braz
el vestido que compré p
ió sus pier
bservaba a Ashley entrar. Tomó la mano de la mujer, que tenía la cabeza gacha, y la ceremonia comenzó. Ashley nunca recordaría lo que el juez dijo, excepto la parte en la que accedió a casarse con ese hombre. Su cuerpo estaba
mujer frustrada yendo a su nueva casa
ivía Oliver. Había una mesa elegante con delicias para comer. Ashley tenía hambre. Oliver
esta vida de reina -dijo Oliver m
no dij
. El hombre, que miraba constantemente su reloj de pulsera,
gió su mirada hacia Ashley-, hoy
ía pensado, en esa parte, en las obligaciones que el
ver,
a, Ashley -dijo él, s
sesperación, de arrepentimiento. ¿Qué haría
asa. Esperó aterrada el regreso de Oliver. Cuando ya estaba oscuro y las estrellas brillaban
ó ella. Luego abrió la puerta de la habitación y arrojó
er esto -su c
creer lo que la mujer estaba diciendo- ¿Pe
a insa
-dijo ella e
ó. Apenas podía considerar lo buena que la vida era
lvió a desnudarse-. Pro
mbre la envolvía en sus braz