Alfa, arrástame contigo
, que en estos momentos soy como cualquier otro alumno y debo ser tratado como tal; mi padre no quiere que me traten de forma especial solo por ser su hijo y eso me agrada
me despido del señor y antes de salir de
un excelente
ente, d
rimera hora. Mis emociones se alborotan cuando siento ese aroma, puedo sentir como mi instinto animal quie
su cabellera roja castaña llama mi atención al igual que esas preciosas pecas que salpican su rostro con delicadeza y esos ojos rojos son encantadores. Observo de reojo el pizarrón, al parecer hemos
un aroma particular en ella, huele a zorro. La emoción recorre todo mi cuerpo, es la primera vez que tengo frente de mí otro c
a más, al punto que no puedo apartar la vista de ella y si bien es cierto que mi clan permite la entrada libre a cualquier hijo de Gaia,
ar y tragar saliva, incluso su corazón está latiendo bastante rápido, ha mordido su labio inferior con algo de fuerza y su cuerpo ha empezado a temblar, parece
o los documentos que nos acaba de entregar el director, veo que el maestro los revisa de forma rápida, luego revisa los papeles que le ha dado la chic
oy toca tres clases seguidas de algebra-
hora de encontrar una pareja, aunque sea para una sola noche. Al ver que ella no piensa apartar la mirada, volteo a verla de forma repentina, haciendo que un chillido de susto se le escape, veo como coloca su mano s
s? - Murmuré suavemente y le ded
alejarse de mí, en estos momentos, solo somos ella y yo en esta enorme habitación, el resto de personas no me importan. La miro directo a los ojos, puedo notar que hay una enorme trist
ndo que te mantengas alejada de los problemas y no causes alboroto..
mi territorio, mantengo una expresión tranquila y serena, no quiero que estos humanos salgan corriendo de la sala gritando, pero, aunque estoy tranq
abla... y-yo nunca m
se relaje y he aflojado mi agarre; si, en definitiva, ella tiene algo que me ha cautivado por completo, no voy a permitir que alguien más la marq
ercarse a nosotros, se ha sentado justo delante de los lugares que hemos elegido y es algo que me cae como anillo al dedo. Ella no para de ver por encima de su hombro con nerviosismo y yo no aparto la mirada de ella, incluso me he mordi
tener la vista puesta en la pizarra para entender lo que está diciendo el profesor. Las veces que hemos hecho contacto visual, noto una chisma coqueta en su mirada y eso me