Encontrar la luz
ra
os pasillos. Los alumnos se dispersaron, algunos hacia sus hogares y otros hacia las residencias estudiantiles. Reconocí mis pertenencias con
silencioso es ser su sombra protectora. Sin embargo, algo alteró la rutina cuando
er descubierto. Fue entonces cuando presentí algo que sacudió mi percepción de ella. Luz, quien s
aminar más de cerca, mi corazón se hundió al reconocer l
evó a Luz a este callejón oscuro y a recurrir a la marihuana? ¿Había algo más en su vida que yo no hab
ía respetar su privacidad y la distancia que claramente buscaba? La lucha interna entre la preocupación y el respeto por su espacio
ulidad se mezclaba con la urgencia de actuar, aunque supiera que enfrentarla no sería fácil. Decidí dar ese paso, incluso si sus
que no me gusta que me molestes?– dijo con furia, elevando el tono d
i desesperación. –Por favor, déjalo, no vale la pena– supliqué, con la esperanza
s mientras me señala con un gesto de desdén. –Eres simplemente un niño mimado, todo te ha sido entregado en bandeja. ¿Te das cuenta de que abandonas a quienes más te necesitan?– sus palabras golpearon mi conciencia con unas palabras que me hiz
apenas deja una huella en su dolor. La angustia me estruja por dentro,
la fragilidad de su espíritu. Me quedo en silencio, aturdido por el aluvión de groserías y maldiciones que brotan de sus labios. La imagen d
prender el abismo de dolor en el que se halla sumida. Mis ojos reflejan el d
peso de su sufrimiento me envuelve, mientras mis palabras se convierten en una súplica por acceder a su mundo, por hallar una fisura en su armadura para ofrecerle consuelo. Pero, en medio d
jando que sus palabras resuenen con amargura. La tristeza asoma en su rostro mientras habla de la inutilidad de la confianza, de cómo solo conduce al dolor y al abandono. –Cuando confías, te usan y luego te desechan como si no valieras nada–sentencia con una mezcla de pesar y desesperación. –Escúchame, niñato– arremete con du
está sola en su tormento. Pero su reacción es tajante, liberándose de mi agarre con violencia. Su mirada, cargad
o que atraviesa un momento oscuro y desgarrador. Por eso, a pesar de todo, seguiré luchando por su felicid
or Omn
cuyas palabras resuenan en su mente y encienden su ira. No permitirá que él se acerque, fing
cuidada en el suelo, canalizando su ira en ese objeto inerte. "Está muy equivocado si piensa que voy a permitir que me juzgue tod
da costa cualquier interacción con el mundo exterior. Su padre, quien la observa llegar, siente el impulso de abordarla, de romper ese muro que ella mis
aíz de este cambio? Es solo una conjetura, una sospecha que lo carcome. Sabe que debe hablar con ella, desenterrar esos dolores enterrados que le pesan tanto, pero el peso emocional lo paraliz
Es ese pequeño ser el motivo por el cual ella lucha cada día, una razón para aferrarse a la vida y evitar que la oscu
para cumplir veintidós años, sostiene la creencia sombría de que todo cambiará drásticamente. Un plan o
tormentos internos. Uno, dos, tres, cuatro, cinco cortes profundizan en su piel, el flujo de sangre parece aliviar el peso de las heridas invisibles
dre. Se pone un pijama de mangas largas para disimular las marcas y se recuesta en su cama, anhelando descansar aunque sea por unas pocas horas. La oscuridad la c