Casada con mi enemigo
o, antes de hacerlo se detuvo, ya que no tenía valor de entrar y decirle que ya habí
rta dos veces, escuchando la v
os ojos azules intensos, los cuales se veían muy hinchado
er portadora de esta noticia, pero Don Camilo me p
sarito se sorprendió, ya que ella jamás le había alzado la voz, siempre
pero yo solo recibo órdenes de Don Camilo; y uste
responderte así, solo que no
tan cabizbaja y deprimida, luego se acercó a ella, la tom
te, pero por favor señorita Elizabeth, no haga esperar a don Camilo,
arme a un hombre que ni siquiera
ada por usted señorita, pero vaya al comedor y hable con su tío, ta
ejó que ella la ayudara a vestirse y la sentara en la silla de ruedas;
uy temprano, no tarda en llegar mi socio a conocerte, así que ve quitando esa cara de tragedia que aquí nadie se
ne que haber otra alternativa que no sea casar
quedar en la calle pidiendo limosnas con tu sillita de ruedas. ¿Eso es lo
grimas por su hermoso rostro, ella nunca le había levantado la voz
ntes de casarme con ese hom
ncia que tenía, y en ese momento le d
n. Pero te advierto, que si no te casas con Ángel Gabriel Mendizábal, voy a echar a la calle a t
que no tenía a más nadie que pudiera ayudarla. Por supuesto Camilo, tocó su talón de Aquiles, sabía perfectamente que Elizabeth no
ía no le permitió decir una sola palabra. Justo en ese momento, se escuchó el timbre de la puerta, ese sonido
la cual estaba parada enfrente d
Acaso no escuchaste que están llamando al tim
orriendo del comedor, mientras Camilo se acercó a
cio, o de lo contrario, tú y la vieja decrépita de Rosarito, v
da y la pared. Solo le quedaba encomendarse a Dios y esperar que ocu
ito, más nerviosa aún de lo que estaba antes de
Elizabeth, la cual estaba pálida y con una expresión que denotaba el terror que sentía con lo que pudie
Rosarito tragó grueso y con la mirada baja evitando a
el señor Mendizábal, lo e
y a la sala y ofrécele un café o lo que quiera tomar. ¡Pe
n Camilo, ya
r el mejor negocio de su vida, el mismo que le iba a devolver la buena
odos está en tus manos, recuerda que tú decides si prefieres dormir a partir de esta noche en
momento serviría de algo, estaba entre la espada y la pared, pero de lo que s
.