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La Reina Vampiro & El Rey Alfa

Capítulo 3 3

Palabras:1278    |    Actualizado en: 10/01/2024

staba sucediendo en el castillo. Yo estaba segura de que aquello que escuchaba mi oído era nada más que los sonidos de una

ás bien, me he preocupado, era por qué me urgía con inmensas ganas querer saber quién se había tomado el atrevim

gar a la sala común, este estaba siendo un fiel testigo de todo lo que sucedía en el lugar; escuchaba gritos de terror, llanto, súplicas y hasta maldiciones.

artes, así como también había quienes estaban tratando de escapar, otros estaban atados con una soga en grupos mientras se mantenían sentados en el suelo, llorando a mares, suplicando para que s

bebía sangre humana por diversión y descontrol, la bebía solamente para comer, y no lo hacía de la manera tan brutal como suelen los humanos pensar que los vampiros nos alimentamos de ellos; en mi caso, yo tenía perso

dieta líquida para mantenerme joven y bella como siempre sin importar mi edad, es por esta razón que yo me

en aparecer. Y en mis ojos, yo sabía que unas grietas negras se habían aparecido en la parte de mis hoyuelos, justo debajo de mis ojos. Cuando sintieron mi pres

s e interceptores de mi palacio. El lobo alfa se erguía con majestuosidad, su mirada se dirigió hacia mí, estaba lleno de ira y de

acias a la magia de Sanie. Mis ojos se han quedado mirando fijamente a la bestia que tengo enfrente de mí, con una mirada amenazante, puesto que desd

s mismos nos encargamos de interponernos para llevar la fiesta en paz - gruñó Aren con una

e la manera más conveniente para mí, antes de que la situación se saliera de mis manos. Pues, yo no podía darme el lujo de permitir que una disputa entre especies desencad

rer desquitarte con mis súbditos cuando yo no te he dado el permiso

iencia con mi pregunta, pero se

es lo que yo estoy ha

. Opté por hablar con un enfoque diplomático y decisivo, estoy segura de que la confrontación, hablarnos a gritos, l

ocasionar el caos sin razón alguna. Si me lo permites Aren, investigaré qué fue lo que sucedió, y siendo así, encontraré al respo

mpañeros de manada permanecen quietos, también alertas ante cualquier cosa que yo pudiera hacer o mandar a hacer a los demás. Edward no les quitó la mirada de encima

to. De lo contrario, si no demuestras tu inocencia, te aseguro que las cosas para ti s

haberse asegurado de que con su mirada lograría intimidarme,

olviendo a mantener su compostura tranquila porque la tensión ya se había alejado d

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