Locamente enamorado
encias podrían ser nefastas. Además, había pasado la noche con un desconocido
ida que no sabía q
on el silencio de aquel hombre,
e aventuró a decir Th
había salido de
puerta. Al oír que ella lo llamaba, se acercó.
ave y dócil. Era un marcado contraste con
e ira en respuesta a su repentino cambio
se dio la vuelta y salió
cama y sus ojos se fueron adaptando a la tenue luz. Entonces prendió
vió más serio. Y, mirando hacia el cuarto, d
sar la noche con el señor Reynolds, Thea se animó
a chica contestó con sueño y se incorporó bruscamente. "¡
ndo por la puerta. Bajó las escaleras a toda velocidad, pasó por al
comedor, observó la frenética salida de la jov
sativo, a ella no parecía importarle
sación con ella, pero luego perdió el apetito, así que subió a cam
rald y, mientras se agobiaba, Greyson le informó que el señor Reynolds había dispuesto un auto para ella. Ahí cayó en la c
gió al hospital con Greyson. Al llegar a la entrada de la habitación, Thea oyó
la con rabia mientras se enfrentaba a
na sonrisa desdeñosa. Sobre sus tacones altos, esta miraba a Thea con desprecio. "Tod
", advirtió la joven con l
"Thea, ¿de verdad crees que eres alguien especial solo porque ahora v
aber podido poner a Thea en su lugar el dí
perrito faldero de
uiso levantar la mano para
hizo que la otra cayera al suelo con estruendo. Luego volvió
pasas de la raya, zorra", replicó Thea, po
familia Russell durante años, pero nun