Odiando Al CEO Italiano
vanzar y seguir un camino que la llevaría a un futuro mejor. A ella le gustaba la lluvia, pero no cuando comenzaba a llove
. La lluvia comenzaba a caer con más intensidad y tuvo que detenerse en una parada
ía un regaño y que podría incluso ser despedida. No podía permitirse que eso sucediera, su trabajo era muy importante para ella, c
no estaba muy lleno, lo cual también le ayudó. De lo contrario,
tuario, donde encontró a dos de sus compañeras. Ambas la saludaron y terminaron de vestirse como de costumbre. Otro día más, má
solo ella quie
eguntó la chica con la mitad de la cabeza rapada y mechones morad
tiempos por la mañana -explicó Elizabeth, sin entrar en detalles sobre su vida personal, ya
r muy agitadas. Qué bueno que ya estás a
olvió más exigente. Elizabeth llevaba órdenes de una mesa a otra sin desc
es lo que pedí. ¿Dónde está
disculpas de todo corazón -se disculpó
esa mesa y Elizabeth llevaba la orden mientras su compañera hacía otras cosas. Sin embargo, cuando llegó a la mesa, se distrajo al ver al hombre sentado allí. Er
intiéndose morir de vergüenza y sin saber cómo actuar ante esa situación tan embarazosa. Lo primero que
reclamó el hombre mientras se ponía
o mucho. No quería manchar su tra
s. Ella solo deseaba que se abriera un
n torpe como tú debería atender a las personas? -rugió e
más quise manchar su traje -resp
? -preguntó el encargado d
ebo fingir que ha sido un accidente y dejarlo pasar? No, po
la razón. Vamos a mi oficina, por favor -interce
ía un enorme nudo en la garganta. Sa
idente -bal
te de manera intachable. Lamento mucho tener que hacer esto, pero me veo obligado a despedirte. Si cont
mí es un idiota -respon
, cuando parecía que las cosas iban bien, siempre había algu