LA DAMA DE COMPAÑIA DEL CEO

sobre la mesa, cerca de donde estaba la caja con el nombre "polvo

ya que mientras la chica estaba en el tocador, él había llamado a Ro

ran dinero por favores sexuales, esto después de la muerte de Aarón; esta historia era algo que Austin le había comentado a su padre por el hecho de que la chica nunca hizo caso a su intento de conquista, Austin ardido había hecho muchos comentarios de este tipo en su círculo social, para

hombre le diera ordenes y sintió que la manera en que le había hablado Dante parecía má

gañado, así que al menos iba a descontar los dos millones de dólares que ya había pagado, él no pensaba tener sexo con la chica porque realmente le interesaba y se daría la oportunidad de al

o, ella nunca ni un beso había dado en su corta vida, ahora estaba a punto de tener su primera experiencia sexual co

a ser de su propiedad, el hombre tenía dinero eso era claro, su ropa, el auto y el chofer lo decían, aparte la

, con una sonrisa de medio lado que derritió a la chica haciéndola mord

ensó Dante al sentirse atraído

a provocación, para la chica n

tentaba parecer lo más profesional posible, ya que Stella la había recomendado y le había dicho que no podía dejarla en mal; lo que Stella no

tumbrada a consumir ninguna bebida alcohólica, ese momento lo ameritaba, necesitaba tener

sentó muy cerca de ella, él se acercó lo suficient

a, estas

le pidiera el dinero de vuelta al ver su falta de experie

había pagado por compañía, solamente que te vi en la cafetería hace tiempo

trabajo y sobre la madre de Zaira, solamente había anotado que era profesora de arte privada,

ida," Zaira imaginó que se refería a su madr

do como todo un caballero, no la había tratado mal, pero era

erfume le gustó y mucho, él inhaló fuertement

o así en su vida, ella cerró los ojos y se dejó llevar

, de Clive Christian, no era un perfume que cualquiera usaría, era bastante costoso y alguna vez le comentó a una compañera de universidad que el hombre perfecto de su

ás bie

mientras se apartaba un poco de Dante que la miraba con deseo,