CEO Lá Lujuria
unte, parece disfrutar de dejar escapar cosas así y verme freír mi ingenio para seguir el ritmo de su sádico razonamiento. -¿Qué detalle sería ese, Luciano? Juro que tengo miedo de la re
ese comentario, desafiarme de tantas otras maneras, hizo lo correcto. - ¡Ah Luciano, hazme un favor! ¿Realmente tienes miedo de que esto suceda? ¿O es sólo un subterfugio para hacerme caer en tu loca idea? No te preocupes, aunque me cueste tomar esta decisión, haré de Melissa Lacerda mi novia. Seguiré tu plan. Respiro hondo y lo digo con convicción, sin dejar dudas de lo que haré. - Por supuesto que no habrá implicación emocional, al menos no de mi parte. Esperamos que la niña tampoco se involucre lo suficiente, que no sufra cuando todo esto acabe. Porque así como Melissa será mi novia, también es seguro que esta relación tendrá fecha de vencimiento. Eso sucederá, pero cuando los ánimos se calmen, terminará. Porque sólo hay dos cosas que realmente valoro en mi vida: la empresa y mi libertad. CAPITULO 05 Y pasamos la noche jugando al gato y al ratón. Y ciertamente me correspondía a mí desempeñar el papel del animal a perseguir. Ser buscado. Aunque no pude evitar mirarlo, él era más fuerte que yo. Pero siempre huía cuando nuestras miradas se encontraban, no podía dejar que mi mirada captara la suya, no como me hubiera gustado. Estaba demasiado débil para enfrentarlo, para coquetear con él, al menos no de una manera tan explícita. Y así pasamos la mayor parte de la noche, no hubo ningún acercamiento. Sólo un supuesto interés silencioso de ambas partes. Como tonto inexperto que soy solo vivo estos momentos fugaces, creo que moriría si sucediera algo más contundente. Me doy cuenta de que tendré la oportunidad de descubrirlo cuando vea a Lucius Martins acercándose a donde estoy. Puede que me esté engañando, pero aparentemente él viene hacia mí. Luego pongo a prueba mi control, mi capacidad para seguir respirando. Intento estar consciente todo el tiempo, trato de encontrar la manera de no parecer afectado, no tanto. Pero es una misión sin gloria, porque tu proximidad es demasiado para mí. Impresionantemente hermoso. Hermosa de una manera que es imposible de describir. Y ya no tengo dudas de que las miradas estaban realmente dirigidas a mí, como tampoco tengo dudas sobre su destino. No cuando está frente a mí, no cuando escucho su voz. - Soy Lucius Martins y me gustaría tener el honor de este baile. Nunca había oído su voz, nunca había estado lo suficientemente cerca para hacerlo. Y es sólo el complemento, sólo otra arma fatal de seducción. ¡Como si el resto del paquete no fuera suficiente! Ronco. Profundo. Podero