El alfa prisionero
permitió cargar sus pertenencias en el coche y Emma se sentó en el as
lo había sido, pero desde que su madre falleció ese
que los llevara porque no tenían otra opción. En algún momento, no supo precisar si h
para caer en un sueño profundo, pero Emma lo achacó al cansancio del viaje desde Pensilvania a
ieve que cubría todo lo que estaba a la vista. La temperatura había disminuido de forma consider
ta para tocarle la rodilla a Ethan y despertarlo-.
ventanas del coche y regre
l que se estaba convirtiendo. De solo pensar que iban a dejarlos abandonados en mitad de aquella
e acercase al asiento frente a él y colocarle una mano en el hombro. Sabía que intentaba decirle sin palabras que él la iba a cuidar, solo
on una risita nada halagüeña, después sostuvo dos gorritos de lana y le dio u
ría de frío, su hermano fue más reticente, pero al ver que ella le hacía señ
a se acercaba a ella y comenzaba a esconder los mechones sueltos de su cabello debajo del gorro-. ¿Está segura de que
ue aprovecha sus arrugas para atraer a sus víctimas y llevarlos hasta a la nada para después asesina
olpeó en la frente con la palma de su mano
su pequeño bolso, lo abrió y sacó de él una foto en la que se mostraba una cabaña pequeña, pero que se veía muy acogedora-.
ero fue incapaz de mirarla porque estab
s a vivir ahí? ¡Señora, usted desvaría! Aquí no hay nada -se q
abrir la boca para continu
uilar mi cabaña -dijo la mujer con toda la n
ad y el recuerdo de haberla llamado y acordado con ella alquilar esa cabaña se aferr
que parecía haberse liberado de lo q
star muy conforme con las pala
pueblo continúen por el camino de la izquierda y llegaran sin mayor problema. -La mujer le col
ro y bastan
er les indicaba. Emma iba a regresar sus pasos para decirle a la anciana que allí no había nada y pedirle qu
no importa si tenemos que refugiar
-Al dar el siguiente paso, sintió cómo pasaba una barrera invisible y frente a el
a anciana, pero cuando lo hicieron se dieron cue
-, pero al final tenía razón, hemos llegado. Solo espero que de verdad ex
*
antes de que su beta irrumpiera en su casa c
spiración agitada-. La barrera mágica ha sido vu
ncio. Tenía muchas preguntas, quería saberlo todo, p
años y todo por una maldita bruja despechada. Esa mujer no se conformó con provocar que el antiguo alfa no tuviera d
o lo que tocaban lo destruían. Una sola mujer había sido la culpable de que su manada estuviera en decadencia, d
de Asher retó al alfa para apropiarse del liderazgo de la mana
iarse de las palabras de una mujer de esa calaña? Si había sido capaz de condenar a toda su
reaccionaba-. Ningún ser puede traspasar la barrera mágica, nadie
os de su lobo luchaban por emerger para transformarse. Solo escuchar
no podía creer que su manada tuviera puesta toda su espera
an dorados-. En ciento cincuenta años nadie conoció a su pareja destinada y sobrevivimos. No lo necesitamos, cuan
o al
e hablar! -grit
n. Era una de las lobas más fuertes, su familia siempre había sido leal y le parecía atractiva, pero cada ve
r que no le correspondía, pero si lo que su beta decía era cierto y por fin alguien había logrado traspasa
nada, pero formar un vínculo con una
casa para darle la noticia, mutaba a una expresión de tristeza y aceptación.
on los intrusos? -preguntó-. Los vie
de uno? -Su beta as
pero por la forma en que lo pronunciaba parecía estar rogando que no se lo pidiera-. Quiz
u lobo estaba inquieto y no había dejado de luchar en contra de su transformación. Al ver que ya era incap
ués, su ropa quedó desgarrada en el
an, la casa de esa bruja. Puede que allí ya no viviera nadie, pero ver que ni el paso del tie
mo si su ocupante la hubiera abandonado el día anterior y no hace más d
olable. Usó toda su fuerza de voluntad para detenerse de forma abrupta
rla. ¡¿Cómo era posible?! La sensación era tan inquietante que se sentía incapaz de dete
hizo una bola con ella para lanzársela en la espalda
en el aire al ver que la bola de nieve
que se encontraba y comenzara a gruñir con el deseo de acabar con ese tal Ethan. Antes de que lo llevara
alzado, endurecido y dispuesto a saludar a esa mujer a la que ya aborrecía
o tenía ojos para la mujer que tenía enfrente, pudo esperar m
de aquel lugar fuese demasiado para ella y tuviera que envolverse en mil capas de ropa, la vio llevarse las
penes enormes, es el leñ