Amor en el infierno
e convencí que debía suplicarles a mis hijas, de rodillas inclusive, de que volvieran a vivir conmigo. Pensé en decirles que estaba muy enferma o que el Grup
o cuando Sabrina ganó el gran premio de equitación Ciudad de Lima. Ella montada en Súper gato y nos
as y su escritorio. No estaba. Maldición. Me acordé que podría estar en el cuarto de huéspedes. Dando trancos revolví la cómoda y el apar
ello cuando Leonard, nuestro valet, trajo el cuadro listo con el vidrio, el m
astigo con verte a ti en la casa que ahora tener que soportar ese cuadr
rd a su móvil. -Quiero que cuelgu
rré mis zapatillas y desparramé mis pelos sobre los hombros. Llevé el cu
lindo se había perdido, m
nas ellas entren-, le dije. Leonard, gimoteando emocionado,
. Gladys nos hizo bistec con paras fritas y café con leche y me cantaron el "happy birthday to you" que me alborozó hasta las lágrimas. Llorando
o se preocupe-,
del Grupo Rosatade, cantándome feliz cumpleaños. Yo estaba súper emo
tera, inversiones, adquisiciones, ventas y transferencias, por muchísimos millones de dólares. Sobreponiéndome al in
da en administración de empresas y conocía el teje y maneje del consorcio. En ese sentido, casi no hubo problemas. Los líos empezaron cuando la dirigencia del si
del sindicato. Yo sabía que estaba en complicidad con Francesco para sacarme de
a voz delante de los accionistas que tampoc
ustedes y no para el resto de obrer
ue hacemos en beneficio
n esparcidos soplones y matones para obligar a la masa trabajadoras cumplir sus obligaciones. Eso yo se lo hab
los trabajadores que se sentían insultados, mancillados, postergados y humillados por lade accionistas y llamé a Tumbo. Él me dijo que haría
qué?-, lo
estiró una larga sonrisa triunfante, el tal Tumb
ancesco tomará nada y tú te vas ahorita mismo con tu séq
ostro ajado, furioso, fuera de sí. Empezó a gritar como un energúmeno y ame
ados injustamente por mi marido, y ordené a seguridad que
rometió