Aunque no te pueda ver

a dónde ir para evitar morir aquí. Entonces sólo me quedo ahí, esperando el impacto. La bocina suena incontrolab

intenta s

piso en un golpe sordo. La otra persona –Sea quien sea– siento igual como cae al suelo. Y a lo lejos se escuchan maldiciones por parte d

o duro del suelo y, aun así trato de tomar todas mis fuerzas para levantarme. Incluso puedo sentir un montón de

en mi caminata a donde sea que trato de ir. Ahora s

iato, y sueno más cort

—pregunta. Y noto el tono

ar de emociones que me causa el pensar que casi fue atropella

o grosera. «¿En serio no piensas darle

se fue, pero eso no me detiene de decir al

da

como una completa estúpida hablándole a nadie. No tiene caso seguir hablando sola, será mejor irme de aquí a como pu

ue me salvó suena a mis espaldas. «No se habí

uedo sola

e eso no

lo decía

—termino la

en silencio—, No me gustaría que

ue yo puedo s

cabellos de un tirón por no saber qué hacer. Hay una parte de mí que dice que hubiera aceptado la ayuda de aquella persona, pero la otra que es más cautelosa y necia me dice que es mej

tengo y la persona atrás de mí tambien. Sigo avanzando y la persona también. Entonces hago d

oz masculina de aquel chico habla. Y eso trae a mí oleadas

ando, pero él no hace caso a mi comentario. En

te —su voz es cálida y dulce—, Por favor déjame llevarte a casa. Me sentiría muy culpab

nsado sale de

de insisti

que lo dijo, y una sonrisa tonta trata de tra

iéndolo saber que aun no estoy segura de

como se pone a mi lado derecho y

e llamo Evan An

o q

te ll

é decirle mi nom

loroso momento me siento malagradecida con él—. Y no lo tomes como un reproc

'gracias' sé que eso no basta. Salvó mi vida y estoy completamente agradecida con él, si no me hubiera sacado de la carretera probablemente ahora esta

s de un rato de silenci

mi nombre en sus labio

s un lindo nombre —conte

s que detest

rla, una pequeña risa se me

iera preferido que me llamara

da sale de

horror—, Filomeno Panc

Evan también es horrible —di

no quise decir eso —es el turno

e yo soy

iento mis mejil

é —dice entre risa

es, Evan? —pregunto

esta—, ¿Y tú? ¿Cuá

años —

dejarás acompa

y tu edad no es c

cerca de mí mientras ca

acia donde es, y siento vergüenza al saber que iba en dirección cont

tura y comenzamos a caminar hacia donde v

.

color del que está pintada mi casa, él se

—digo— fue bueno sabe

jo y no lo estoy —rio—, Pero yo hablé todo e

l botón del timbre, entonces suena y sé que no fui yo. En

nos volvamos

buja en mis labios, y quiero i

oz se escucha lejana, eso quiere decir que se

abrirse y unos brazos delgado

preocupados —dice mi hermana,

mos a la casa y