Me Perteneces.
mpresa-. El señor Popove la espera en su oficina, le pido disculpa, intenté llamarle, pero siempre me
directo a su camisa desabrochada,
que haya valido la pena porque
algo floja y los botones, por favor, necesito el trabajo, le juro que no
urge el sexo flash. En este momento tengo dos opcion
lamarle nada a él; mi pad
antas -escucho la voz ronca del hombre po
os anchos, vestido con unos jeans oscuros y una camisa
ndo una sonrisa fingida mient
do dejar que mis impulso
lado de mi escritorio, ¡todo está de cabezas! Tuvieron sex
ero que eso no arru
planearlo, mi respiración se detiene por unos segundos, secuestrada
frecuencia cardÃaca está en las nubes. ¡Maldición! Trago grueso. Tiene alt
ia entre nosotros con pasos largos
spero ese enorme paquete que se carga, a la vez me quej
modos -estupefacta,
enta mientras sus largos dedos se envuelven alrededor de
alienta por todas partes, y se necesita todo lo que tengo para no balanc
es caer, tienes que t
parto la mano y alcanzo lo
que pierden la cabeza por una mandÃbula cincelada y unos abdominales como una tabla de lavar. Para mÃ, la
cido a un hombre que exuda un
e existÃan
sea, co
o que él sea socio de mi padre y no
a sus encantos-. Hay reglas que cumplir-susurra mientras pasea su boca por mi oreja-,
me siento insatisfecha. Sin dejar de provocarme, saca su lengua húmeda, la
se agita, vuelve a sacar la lengua. Siento como su mano m
grit
palabra lo empujo hasta
do, mi padre no vendrá, yo soy la enc
la reunión que acordé con tu padre inicie, espera m
ccionó rápidamente, sin medir mi desesperación, tomo su mano-, no te puedes ir asÃ,
oy cualquier persona? -trago gru
cerrar el negocio -levanto p
a, tu propio padre te ofrece como mercancÃ
entado manipularme, nadie podrá ponerme en contra de mi pro
ente, deja de comportarte en el salvador y m
ás necesitada. Él es igual que todo, su perfil de mach
jo; enfócate en el negocio, deja los sentimientos a un lado y no permitas que tu padre te ofrezca como una mercancÃa, me parece qu
ebe ser