Aquí Me Encuentro Contigo
se habían acumulado en su corazón. Él era el único hombre que la amaba desde que era niña. El
la escuela?", preguntó Edgar mientras se levanta
damente se enjugó las lágrimas de los ojos y
ho. Su padre la amaba tanto y se preocupaba mucho por
n fiesta por tus dieciocho primaveras y, además, invitar a todos nuestros familiares y amigos. Por desgracia, no podré hacerlo, pero de tod
que te recuperes lo antes posible. N
ste año, ya ella se había hecho el regalo de cumpleaños
su padre y rompió a
edido en esa fría y lujosa suite
tuvo sexo con ella sin piedad. Todavía podía o
o aún". Una voz arrogante irrumpió este mo
ica con una camisa
tan hermoso co
vantó su lloroso ros
, ni siquiera me has dado el dinero para esta celebración". Aylin Luo era la hermana menor de Alice y esta
temía Mary era que Aylin se enojara. Así que rápidamente sacó m
s compañeros de clase". Aylin sonrió con satisfacc
os de Alice!". Edgar no pudo evitar mirar
uerda que si no hubiera sido por tu fracaso en el manejo de los negocio, no discutiría por unos miles de dólares". Al escuchar la voz aguda de su
dentro de la colcha, se puso de pie y salió de la sala
re, apretó los puños, hizo una pausa por un momen
ses, todo volverí
l hospital consignado con la señ
ro estaba recogido en una prolija cola. La juventud se manifestaba en su rostro ornándol
. Alice estaba en un rincón alejada de la multitud.
aba quedar embarazada después de tener rela
ente hacia su vientre y entró en trance por un
go y preguntó: "¿Cuándo me van a dar el din
uitó la mano del vientre tan rápido que tal parecía que se hubiera pinchado c
te se transferirá a tu cuenta", dijo la señora en tono soberbio. Luego guardó
on el antifaz que le cubría los o
en una habitación espacio
adores médicos. Dichos datos parpadeaban con luces azules y rojas. Sin hablar, var
, respondió con indiferencia la muje
tra esta villa?',
do ni dónde estaba. Aun así, permitió que un médico le examin
eñora que la acompañaba la subió a un automóvil
nas horas para ir al hospital a cuidar de su padre. Si ella
hasta que nazca el bebé. Durante este período, n
hica. Después de estas palabras, no resp
ortarle lo nerviosa
ra la llevó a descansar a una ha
ses pasaron
ajetreado en la lu
rostro estaba cubierto de gotas de sudor. Sus manos pálidas s
z lo que te diga: respira hondo, ahora exhala..."
entía un dolor insoportable en todo su cuerpo,
pálido y su ropa esta
ue dar a luz a un niñ
amos, puja!", exclamó la obstetra mi
ritar con fuerza al sent
Al principio, se sintió culpable e incómoda; luego, sentía pena por el b