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Drago.

Capítulo 2 Uno.

Palabras:3009    |    Actualizado en: 27/05/2024

ma

ños a

or la ventana de mi habitación como casi todas las semanas se llevaban a un niño nuevo del orfanato, me entristecía saber que nadie quería adop

orque si estoy aquí, fue porque jamás me quisieron, así que

emoria, siempre me mantenía alejada de otros niños porque siempre los ruidos me atu

me acerque a ella, porque como dije, noe gustaba acercarme a nadie, es

r en hogar, nadie la aceptaba, jamás permanecía en un solo lugar, siempre regresaba al orfanato. Cuando tuve el valor de acercarme a ella, fue

adoptarme, estaba feliz por primera vez en años porque hubo alguien que me vio al fin, pero pensé en mi Michelle, no quería deja

os a una n

a mujer tan fuerte que chilló cómo animal en un matadero, no iba a permitir que a

meses y años, hasta que llegamos a la edad de los diecisiete años. Jamás nos separamos, siempre soñabamos con conocer el mundo, viajar jun

o quisieron adoptar a chicas adolescentes, la mujer solo quería tener una hija adolescente para no tener que l

tampoco estaba fea, en realidad eso no me importaba,

Finnegan no sé opusieron a ello, teníamos pasaportes, identificación, licencia para conducir -aunque no supiéramos manejar- todo estaba en orden, hasta que a

uilas, pero todo fue de mal en peor, ahí conocimos la verdad, todo

s, aún recuerdo el llanto de Michelle y lo asustada que estaba, nos querían usar para su placer y beneficio. Una noche, el señor Finnegan bajó al sótano sin camisa, recuerdo su torso des

ro una virgen para mí y mi hijo... Nec

un bebé y después eliminarlas, así nació Simon, el era callado y cruel,

quien lo hizo en muchas ocasiones, yo recibía golpes de su parte al igual que los abusos, me sodomizaban y flagelaban cuántas veces quisieran y yo... Yo jamás me defendí, dejé que ellos hicieran conmigo lo que quisieran solo para que jam

una respuesta, jamás supe lo que fue el amor o compasión, ello alimentaban en mi el odio hacia los seres humanos, todos los días soportaba los abusos incontables de ellos dos hac

que estaba bien y que no le hacían daño. Al paso del tiempo, supe que Samuel estaba casado y que tenía un hijo, para la sociedad y su esposa, era un hombre ejemplar y un buen padre, nadie sabía la realidad de los Finnegan, nadie sabia lo

ntre, lo hice en medio del llanto y la desesperación contra el lavamanos del sótano, lo hice hasta sangrar, grité como pude y sentí como la sangre bajaba por mis piernas, ahí supe que lo había

ba en Michelle, en qué si me.iba de este mundo, a ella le tocaría sufrir d

sabía pero yo si, quería que me golpeara para perderlo y así sucedió, recuerdo que se frustró y lloro por haber cometido ese error. Todos

os, no confiabamos en la policía, porque uno de ellos, trajo a un policía para que ju

ngo un plan, lo haré

udándome a lav

quiero que te la

seré cuidado

largo y ella me cortó el flequillo hace unos días, me miré en el e

hacerles de cenar a los Finnegan, no quiso decirme que hará,

s, ya que jamás he salido del sótano, mi piel está muy blanca por estar encerrad

a traía unas llaves, sin decir nada más, ab

m, tenemos

iraron todo con nervios, esta casa perma

que nos habían sacado los Finnegan cuando llegamos aquí, junto con unos cuantos billetes, sin decir más la seguí hasta la habitación de fondo, que era la que fue nuestra, ella sacó un bolso y metió poca ropa en el, me dió uno

vino por no

y ella abrió la puerta, caminamos

puerto p

esa casa, mis ojos miraban por la ventana del auto y las lágrimas no sé hiciero

a tomó mi mano—, aho

iremos? —l

nde no nos encuentre

e las dos sabía que hacer, ésta era la primera vez que ha

s ¿Hacia dond

a donde sea —habl

la miro un p

nreí—, iremos a un país al azar

a se convenció con eso y revisó los vuelos que estaban disponib

en media hora, es Amberes

ese tipo de educación en el orfanato, solo nos enseñaban a leer

nosotras —dijo Mi

puesto, quedan disponibles en tercera

y b

rita junto con nuestros pasaportes e identificacione

fruten s

e di mi mej

a viajar a Bélgica, Michelle se levantó un momento y fue a comprar un café par

ere decir que serán muchas horas

e de aquí... Mic

efiero, necesitaba sabe

cómo pude me escabulli y tomé unas cuantas píldoras y las escondí, sabía que Simon vendría así que preparé la cena y les triture las pastillas en la comida y esperé que hicieran efecto para poder actuar... Teníamos que sa

ando lo hicimos los nervios de Michelle salieron a la luz, pues ella le teme a las alturas así que está vez me tocaría calmarla. Ya en nuestros puestos, l

aba que nos fuera bien, ya que ninguna sabía cómo enfrentar el mundo sola

s de

~~~~~

es, B

ambas estábamos cansadas y hambrientas, bajamos del avión e hicimos todo lo c

apa que por suerte estaba en inglés, junto

solo tres mil, aquí dice que en el centro de Amberes podemos encontrar departamento

s que bien —s

se tan fría, tomamos un taxi y

as llevo

más o menos un

estamos buscando un dep

ó— aquí las personas somos buenas y amable

, pero dentro de mi, e

n un hombre desde hace tres años y viven cerca de donde estaremos nosotras, nos enseñó las tiendas más cercanas y dó

bolsos, tocó el timbre y poco después salió

ó— que bueno v

a estas dos chicas, necesitan un departamento para

a arrendarlo —nos miró— mucho gusto, me llamo Dor

s, junto con la sala y la cocina, lo que más me gustó fue la increíble vi

eñora Dora—, ella se fue hace años a I

erfecto

es el a

res, ya que eso incluye servi

nosotras —dije—, muchas

enda, pero les recomiendo cambiar dólares si tienen por la moneda l

do en la p

Stevan —Michelle y el

e ellos, no quería que n

apel a Michelle—, pueden llamarme si necesitan

aci

sala, al fin tendríamos un poco de paz, ahora nos tocaría empezar desde cero, p

s aires, nuevas personas, todo era nuevo tanto para mí cómo para Michelle, pero sa

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