Amor entretejido en falsas ilusiones

opulosa calle quinta, su rostro daba a la luz s

entiendo. ¡Mi amiga, soy feliz! ¿Y cómo tú estás? -le dij

ngió una

entarnos en la sombra de ese árbol. Mi cabeza no está bien. No sé si será el e

y comprar algo de comer. Así me c

ce falta que me entiend

s mesas, en sus mayorías vacías. Fueron atendidas po

n? -le preguntó en un t

encia lo que una mujer necesita, a mi edad, esto ha motivado desorden en mi vida. He experimentado con diferentes hombres, porque me apasiona

ullo y sencillez-. Es todo lo que está sucediendo conmigo. Hasta ahora me siento ser una mujer dichosa, una mujer venturosa con el hombre que tengo, sirve para cualquier cosa; si voy con

n pasos normales llegó hasta la mesa donde estaban ellas sentadas. Después de satisfacerlas en el pedido, abandonó el lugar. Ceil

, me matrimonié con él sabiendo que es un impotente. El interés sobrepasó mis sentim

er frunci

O se trata de

nsistentemen

atado mucho. No creas, a veces me da deseo de llegar al final de todo esto, y a la vez, rechazo esa supuesta decisión. Después de tantos sacrificio

has hecho en este momento. Tú has preferido lo que queda de tu juventud con Alfonso, solo por aspirar adueñarte de sus fortunas. Tú no

nrisa-. Tú no tienes de que quejarte. Tienes lo que se le puede llamar un hombre perfecto, de mundo. Inc

una foto de Pedrito. Está la tomó en

n sus ojos! Eso es para comer en todo

iza tu vida, amiga. La felicidad vale más que toda las fortunas que pueda tener Alfonso. Cuídat

es, eso nunca

Espero que la próxima vez sea para decirme que eres

y después de un apretón de manos salieron ambas