La historia de una tulpa
chó que lo llamó Facundo, pero no le tomó demasiada importancia, continuó merendando sentada en el living. Sin embargo, se acercó de un m
le transmitió una buena sensación. La sonrisa se apagó rápido, sin embargo lo dejó pasar. No vio más a ninguno de los dos porque se encerraron en la habitación, y de allí no salieron hasta pasadas las ocho de la no
bservaba de manera agradable. Nunca la había visto sonreír tanto; estaba feliz o eso parecía. Facundo, por su parte,
lo hacía, la sonrisa había desaparecido completamente. Krystal, en parte
migable y siente que te incomoda" Avalón inquirió esas palabras una tarde de j
o presentir ese tipo de cosas. Avalón al oír eso estalló como si fuera lo que nec
o que pase algo, que aparezca de repente un milagro. No te olvides que yo lo conozco mejor. Mientras ib
o un derrame en el mismo por el impacto. Se contemplaba en el espejo y ya no era ella. Krystal lo notó, era imposible no hacerlo, cuando alguien está más nervioso que de costumbre, cuando está inquieta