ADICTA A SUS BESOS
de la cabeza -susurra a mi oído y pasa a
r lo bien elaborado que es
el trayecto. De forma inconsciente, levanto la cabeza para que el hombre de mis sueños pueda tener mayor acceso a esa zona, y eso parece gustarle. Lame,
cesito volver a probar sus labios. Eso se ha convertido en una urgencia. Halo ligeramente su cabello, echando su cabeza hacia atrás, y busco nuevamente el c
ándose entre sí y de nuestras lenguas jugando a explorar y desbocar mi corazón, sino que es la prueba de la compatibilidad de nuestros cuerpos y quizás de algo más. Mi mejor amiga dice qu
e no he podido sentir el entusiasmo necesario para intimar con un hombre y permitirle el acceso a mi cuerpo. No quiero acostarme con alguie
e ellos, la cantidad de sensaciones que el hombre de mis sueños está generando en mi cuerpo. Creo que es algo triste pensar que esto
cuerpo y haciendo una deliciosa presión en mi piel. Aunque di
e mientras se aleja de mis labios
eseo, grita que me desea tanto o más que aquella parte de su anatomía que está tensa bajo su bóxer, la única prenda que tiene puest
que soy de su agrado. Mis manos exploran su torso marcado y luego recorren su espalda, disfrutando la sensación que me genera pasar mis uñas p
nivel de conexión? ¿Y si este sueño es lo más cerc
dándose cuenta del c
e no deberían estar aquí, a
ntes de
eos son
a tocarlos y acomoda bien en mis hombros las
ono de voz algo más ronco que hace un
amisón y lentamente se desliza hacia mi busto, donde masajea y aprieta ligeramente uno de mis pezones. Luego, de manera inadvertida, abandona mis labi
bía estado. La presión de sus dientes aumenta, generándome un pequeño dolor, pero lo compensa con más estragos en mi zona íntima. Instint
segunda? No estoy pensando correctamente porque sus dedos comienzan a recorrer mi sexo y se deslizan con una facilidad increíble por lo lu
comparan a los que he sentido al mast
nta mordiendo su labio inferior y ha
cosa y creo que la realidad me alcanza: ¿no debería ha