Prohibido seguir al corazón..
ias como Casa Día, Ciudad del Niño, y a unas cuantas más, pero unas están al máximo o a
ó Sara enojada-. Po
n adolescente -ella me miró dudosa, quité la mirada de su rostro y comencé a decir casi entre balb
ra me colocó el dedo en los labios y a
er? -le dije a Da
ía pensado -ahí su ros
é oc
ú me dices que Brenda, la presidenta, lo aceptará así
é le tie
lvides, su pad
nosotros dos, los cuales somos ¡estúpidos! ante él, le ayudemos a tener un
comenzó a marcar. Mientras tanto, ob
z, y yo me dirigía con Carlos en brazos hacia la habita
é, dejé a Carlos en su cama y me puse cómodo
bre mi estómago, y fue entonces que un
ionó, y claro, tenía a Carlos en
n -agregó
lado de la cama. Ento
o ya a
-respondi
é es
. Era Jazz desde las escal
ué
levan 15 min
hacia la
an arriba -
e -ordené. Asintió con la cabeza y
rando el reloj-. ¡Son las 12! No
a en el chat de qu
a y si nos quedamos dejo a media frase. Cuando escuchamos unos
minister
sobre amarillo. Me entregaron el sobre sin decir nada más y se marcharon rápidam
rado al hijo del capo. Se llama Cristiano y viene a Renacer. Acepten e
ena de rabia y desesperación. Jazz y yo nos miramos en silencio
el silencio: -Mau, esto
Tendremos que manejarlo con cuid
el amanecer traería nuevos desafíos y que el miste
motivado a abrir la puerta pero ahora casi 15 minutos después cuando jazz y yo estábamos a punto de irnos a dormir con aquel mensaje
la Policía M
a Estatal ya hab
lo siguiente: voltear, sonreír, voltear, verme nerviosa, ver la cara, volverla a voltear, abrir los ojos, volverme a mirar y ver el piso de nu
voz áspera-, ¿q
ido a dejar su carta ahora por
a se desprendía y las pocas fuerzas para razonar se iban.
iba a
ió entrar en bucle y fue com
cho un huevo con jamón y un licuado de plátano. Jazz llamó a la puerta mientras
gracias p
y solo pude ir al banco hoy. Por la uni
vivir -me reí-. Qué bien se defen
muy intenso y prov
sabemos por q
parte de los tres que sobrevivieron en esta carrera. Así que ambos hicimos el servicio en Renacer y p
ó sus cosas sobre la mesa para después aco
u novio y, sobre todo, su familia, a la cual era muy apegada, hablábamos muy poco. Yo divagaba entre mis p
tan quieto, ni parece
ya creo habértelo comentado -asentí con la cabeza-. Pero parece ser que Andrea se
nos fueron las dos horas que nos faltaban para la cena y a las 7
vor? -agregó el niño mientras
con algo de intriga, ella solía ser ob
, solo la comida l