AMOR PROHIBIDO
unque tuviera que pasar por los sectores periféricos más pobres y populosos
que llenaban todos los días de la estancia en la capital. Era aún más emocionante llegar al comienzo d
antidad de bailes, cenas, conciertos, desayunos y fiestas al aire libre, por no hablar de la asistencia a teatros, visitas a jardines recreativos, paseos a pie y
o habían realizado con un tiempo tormentas y de lluvias, incluido algún que otro tranca de carretera que les había impedido avanzar con normal
Pietri con mucho asombro acercándose con gran prontitud a la
eblos por los que habían pasado durante el trayecto. Pero Diego Zarathela interpretó principalmente como una pregunta retórica y sonrió al observar la expresi
rta-respondió él con una sonris
-dijo su amiga que iba sentada muy tiesa junto a Rosalba, miran
reciada por Diego -tenía veintiséis años. Diego tenía Veintinueve años. A menu
s a Bella vista cambiarás de
rente a la ventanilla -mira cuánta gente hay en est
ova. Pero aún no hemos lle
es un chasco n
labios. Su amiga Habat tenía
er que estemos aq
d propusiste que viniéramos, Diego. ¿Crees que tan pronto lleguemos reci
nero, inmuebles y tierras, Ros
mor, al término de la temporada social, habré encontrado a dos
, Rosalba, tenía tres años más que él y
que quedaban por casar. Eran siete, dos de ellas se habían casado antes de que Diego regresara a casa tres años antes, a instancias de su padre, que estaba un poco delicado de
sar a estas dos, las cuales vivían con él bajo su responsabilidad. Siguiendo la sugerencia que Sharloth había hecho durante las fiestas navideñas, había decidido llevarlas a Nueva Esparta, al gran mercado del matrimonio. Sería un gran alivio ver a las dos últimas mujeres de su familia convertidas en unas respetables señoras casadas, para poder disfrutar al fin solo de su casa
eres más bonitas que yo, y más jóvenes. No creo
on un caballero rico y apuesto, que te amé y tú a él? La preocupación se borró d
conformo con un caballero de e
casa, al parecer había dirigido sus atenciones a Rosalba antes de hacerle la corte a Elizabeth. Rosalba, una joven de corazón bondadoso e inquebrantable sentido de la lealtad, solía quedarse con frecuencia en casa en lugar de asistir a fiestas en el pueblo y otras diversiones con sus hermanas. S