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AMOR PROHIBIDO

Capítulo 2 2

Palabras:1148    |    Actualizado en: 10/09/2024

a sociedad. Pero tampoco demasiado tarde, y menos en el caso de una joven con la de

te motivos para temer

fijó sus ojos en ella mucho antes de que és

lacerá que me vista una modista que probablemente conoce su oficio, de la que Sharloth me ha hablado muy bien. Y, por supuesto, será interesante asistir a bailes. Pero

bía convertido en una joven larguirucha y desgarbada, pecosa y con unos dientes enormes que no concordaban con su rostro. Pero a su regreso Diego había comprobado que su pelo había experimentado una interesante transformación,

blemente a todo buen partido, y a algún que otro caballero menos adecuado,

las palabras declaradas anterio

í en un abrir y cerrar de ojos si no fueras tan obcecado y me entr

de Dios en vano -dijo Rosalba

treinta años -continuó-. Si papá viviera aún, sería como para ma

iga instalara su residencia en algún lugar bajo su vigilancia -tal como ella anhelaba, aunque sospechaba que lo de «vigilarla» no entraba en

to era que no tenía nada que decir que no hubiera dicho hasta la saciedad durante lo

mientras contemplaba las calles y los edificios de Bella

Nueva Esparta mejora con ca

el único propósito de presentarlas en sociedad y buscarles marido, sólo acertaban en parte. Sus cuatro mejores amigos iban a venir también a Nueva Esparta y le habían escrito y rogándole durante meses que fuera a reunirse con ellos. Hab

tenían hijos. Raid Corn, caballero de Venen, estaba soltero y no había sentado aún cabeza, y era el único que experimentaba t

í, tanto más dado que había estado dándole vueltas a la sugerencia de Sharloth. Pero había otra razón por la cual había venido a la ciudad. La idea de casarse le producía un fuerte rechazo, aunque había varias muchachas solteras que vivían cerca de s

loncitos que utilizaba durante el día sin mirar a su alrededor temiendo ver otro pañito bordado o de ganchillo adornando la superficie de una mesa. Anhelaba el momento en que pudiera permitir que un par de sus perros favoritos entraran en la casa. No tenía la menor intención de sustituir a sus hermanas y a su hermana por una esposa, la cual permanecería forzosamente a su l

braba e incluso alarmaba percatarse de que hacía casi tres años que no había tenido una. Sin embargo, durante los años que había pasado en el ex

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