AMOR PROHIBIDO
mente -¿Fuimos alguna vez tan
ia. Incluso recuerdo una época en que nos habríamos estremecido ante la idea de la respetabi
sentar sus respetos a casa de algunas personas, dejar su tarjeta y dar a conocer su buena presencia en Nueva Esparta. Sharloth llegarían mañana a la ciudad y comenzaría el trajín de prepara
satisfecho tres años antes. Ahora era Sr. Diego Zarathe, baronet. Ante todo era un hermano y un confidente amigo. Pero habría algunos días de relativa tranquilida
a Caobos y a las carreras. A las mujeres. En Esperanza había mantenido sus necesidades a raya. Ahora no tenía por qué negarlas. En
or naranja con manchas negras que correteaba de un lado a otro explorando el lugar
. La más joven y alta de las dos mujeres era en efecto muy hermosa y elegante, vestida con un bonito vestido de paseo de cint
firmeza -Y aunque lo estuviéramos, no conviene fijars
en voz lo bastante alta p
n tono sorpresivo -Se fi
unda, más menuda, más mayor, menos elegante, menos bien vestida que su acompañante, al principio parecía casi invisible jun
it -¡Qué maravillosa y e
Raid simultáneamente
rero de castor y esbozó
lloso placer encontrarte
se agachó sobre el lomo
ta desde hace cuatro años. Tienes un aspecto magnífico. Ella le estrechó la mano con tanta firm
Pero es muy temprano y quizás esté soñando -añadió sonriendo -¿Ves a cinco jinetes a caballo, Priscila? ¿Cinco de los tunante
y conocimiento más férreo y resistente que la mayoría de los hombres. Se había ocupado discretamente de las necesidades de su marido, En ocasiones cocinaba también para
ujer frágil que necesitara de su caballerosa galantería. La pobre Lorena había escuchado numerosas historias que habrían hecho que otras mujeres se desmayaran en el acto, relatadas con un lenguaje chabacano que les habría prov
a otra persona más alegre que ella. Y en estos momentos les miraba risueña, con su buen humor habitual y su aire campechano, aunque hacía casi cuatro años que había enviudado. Y su ha
ay!» si nos pellizcas -dijo Diego -al igual que tú.
na sentía aún el dolor de la pérdida de su esposo para gozar con nada. Pero uno n