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Nefilim Hijos de Ángeles Libro 1

Capítulo 2 Destino

Palabras:3455    |    Actualizado en: 19/09/2024

st

ítu

re 1998

er tan poderoso, contaba que la tierra ha sufrido guerras, que no se han comparado con la primera de toda

tierra, pero esta ya estaba marcada por nuestra especie en un principio, siempre hemos buscado la paz. La humanidad busca destruirla extinguiéndose. Aunque hay quienes buscan esclavizarlos. Nuestras primeras guerras fueron contra nosotros, con el paso del tiempo la humanidad se convirtió en un objetivo y luchábamos contra ello

s ojos humanos, que no importa cuánto me empeñe, por algo que me salga torcido, es perfecto para ellos. Aunque que diga mal una palabra, siempre para ellos es perfecto, he tenido que dejar

ejem

siempre he querido parecerme a ellos, porque ellos poseen una conexión con el creador, una que ninguno de nosotros tendrá, pueden dejarse llev

eje

s mentes frágiles, pero le veo el lado bueno a todo esto. Me gusta. A pesar de que son esencias que no me p

rlos, mi físico es el de un depredador que tiene armas para atraer a su presa, mi belleza, mi olor, son armas que uso para un bien y con algunas sonrisas, caricias inocentes sobre l

a esencia y esa ira transformada en dolor, me hacían regresar al miedo, el aroma y la esencia del alma frente a mi. ¿Cómo fue que termino en todo esto? ¿Porque ella? ¿Desde cuándo la trajeron?. Había algo oculto, se respiraba un olor que

tenía el balance de la muerte, y la podredumbre invadía todo el lugar... cansada de luchar...

ficiente para desconcentrarme en mi trabajo, pocas me

deras, su camisa blanca de vestir con el cuello alzado, rodeando su piel expuesta del cuello hasta el canalillo de su busto, y una chaqueta de algodón negra que colgaba de su brazo, su cabello estaba recogido en una gran trenza. A pesar de ser una detective del FBI, su aspecto era de unos cuarenta años y apenas tiene 33. Ac

dida como con otros cuerpos a descubrir la verdad, desde que ingrese a la escena podía sentir la presencia de la muerte, están aquí, pero no se acercarán si yo estoy cerca y no era la única, Sandra la forense era una aliada y llevaba más tiempo entre los humanos que yo. Pero no me detendría, aunque esto me castigara pues er

ctive en criminolog

cómo se desarrollaba la presentaciones, una sonrisa se extendía en mi cara cuando escuche sus pensamie

a? – preguntó la detective

sita. – Ahora las presento. ¡Yanis! ¿Puedes ven

tenía opción, con todo el ruido de radios, patrullas con las sirenas lanzando sus luces azules y rojas por todo el edificio, empezaba a experimentar el dolor de cabeza similar al estrés, añadiendo a eso la

azo acercándome un poco a su costado izquierdo y tuve que apartarme porque era una mala señal, estoy segura que la detective lo mal in

to – explicó José sintién

hablar de su llegada, al parecer ya estaba desespe

todos como una esposa cuida su matrimonio, intuitiva, y ya comenzaba hacerse de una mala opinión de mí. Mi experiencia cerca de los humanos me ayudaba a entender sus emociones, ya que estos se dejan regir por ellas, con sus cambios de humor, todos iguales, como un bipo

onsideraba así misma demasiado educada para decirme que soy solo una civil consultora. Que no debería estar aquí. Aprieto los labios, reprimiendo una sonrisa para recobrar mi estado de ánimo actual. No Necesito pensar en cosas absurdas justo ahora, solo servirá para que mi temperamento se descontrole con vida propia de un momento a otro. Y me h

de Harvard, en el equipo de casos sin resolver en OFW (oficina de Washington del distrito central). Hace tres añ

iudad, sin querer alguien choco conmigo, él no sabía que yo vería su mente, pero como todos los humanos no má

paba por mi cuenta no sabría qué hacer con él, así que idee un plan para entrar al FBI y jamás hubiera creído que en mi primer día todo hubiera salido de mara

ras 5... Un gran golpe para una principiante – respondió ella algo impresionada, i

un trato. La mantendremos en nuestro equipo con

osé estaba pasándole un ultimátum. Siempre hacia eso cuando algún colega de su equipo nuevo o temporal se interesaba en investi

acer un énfasis a su explicación – No tenemos ni un registro con su rostro o huellas

sus movimientos los acompañan con su forma comunicarse entre ellos, y yo los imitaba, y no paran de estar inquietos, algo que me gusta hacer, acomodaba un mechón de cabello det

demostrar superioridad y alardear frente a mí que ella también tiene poder.

oy a tener que trabajar en

existiera Lo cual me hizo gracia. Porque me tenía muy presente como su

en 15 de agosto de 1980, universitaria, con una

ontest

urió? – pre

s una puesta en escena, un mensaje para el depar

¿Qué si

demás tenemos una testigo – José le habló con cuidado mientras coloco su mano en su hombro, ella no pareció m

que cubrían el cuerpo, aun podía sentir su esencia oprimiendo mi pecho, el olor no se iría de mis pulmones y la sensación de ser observada, sólo paso media hora cuando José recibió la llamada donde podía encontrar a una chica desaparecida Desde hace más de una semana. Estábamos en el estado de Washington en los campos fuera de la ciudad, pero muy cercas de las monta

e su pecho como si su cuerpo fuera a romperse, las esposas resbalaban de sus muñecas. Murmurando en un idioma desconocido para los humanos y que solo yo podía de comprender, sus ojos de color

anse desde que la trasladaron a la unidad. – habló José después de unos minutos de silencio. – Creímos que ella fue quie

adas y el estado de shock en que se encuentra ella no la mató – analizo y puntualizó rápidamente.Espere a que los agentes se movieran de aquí para allá. José, Sa

el rostro aún marcado por el pánico, algo vio antes de morir, y sus recuerdos aún estaban ahí, el viento soplo trayendo un mechón de cabello a mi rostro, el olor de su esencia ( sus recuerdos ) estaba aún dentro en su cuerpo. Me acerque más dejando mi cara suspendida a unos centímetros del cuerpo, poniendo una rodilla en el suelo y sosteniendo el peso de mi cuerpo con mis nudillos, solo necesito 60 segundos para saber, ¿quién es ella?, ¿qué le pasó? y ¿por qué murió? Es verdad, cuando uno dice que al morir vemos nuestras vidas pasar por nuestros ojos, pero estos recuerdos, estas memorias que vemos se quedan estancadas en sus cuerpos, porque la vida aún se aferra al cerebro y al corazón que son lo que alimen

i cuerpo no tolera más, mis hermanos decían que es sencillo, para mí apenas que soy

edificio, lo que sentía era algo fuerte, baje por las

como siempre intentando hacer su movimie

Y esa sería toda la respue

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