Matrimonio Secreto con el CEO
bar. Me apresuro a unirme a ella, guiándonos por la
la cuadra. Si no supieras que está ahÃ, al princip
bra vida. Una banda toca en vivo en un escenario al frente de
de la barra y las mesas
o pensé que alguien
no ligero y burlón, queriendo que se relaje a mi lad
durante muchos años, la misma mujer que ha
comenzado a pensar que su sonrisa es adictiva, y el aroma de
ios me est
, no sé si qui
nos de tu padre y pasas tus dÃas preparando casos, leyendo contratos o yendo a la corte. Tienes que presumir ante todos los demás abogados cor
er tiempo para mà sin preocuparme
rre el cuerpo curvilÃneo de Addison. Me aclaro
suyo, no puedo negar que
que cuelga detrás de él en la pare
. Con una sonrisa brillante, vuelve a centrar su atención
una botella de whisky. "¿Ab
a de crédito y él ingresa el
efectivo, dejando una generosa propina en la barra
dando y la guÃo hacia una mes
endo su bebida. "¿Por qué estás tan ansioso por esconder todo lo
o soy el hombre que solÃa ser. Crecà y me di cuenta de que
ajita de su bebida. "¿
nto haberte hecho daño. Lamento haberte hecho sentir excluida. Si pudiera volver
co. Que quiero tocarla... besarla. Pero esas palabras están en la punta de mi lengua
i amigo Clyde. Mi empleada
á mirando ahora mismo, es difÃcil
e balancea en su asiento al ritmo de la canción de la banda. Su s
untan. "¿Qué e
a con
lar conmigo? ¿No crees que es una mala idea? ¿Qué pasa si alguien que conocemos nos ve jun
o mis dedos con los suyos. El hormigueo que
do con ella cuando todo lo qu
ario. La hago girar debajo de mi
giran contra las mÃas y espero que no sienta la f
ando en sus ojos, me doy cuenta
ja de chupitos. Addison se acer
es de beberlas y poner las
s hombros, su cuerpo se mueve co
banda toca una canción más lenta. Su mirada se fi
arte de atrás de su vestido. Ella se inclina haci
un momento, pero justo cuando estoy a
e inclina y se mueve contra la mÃa.
cia abajo para agarrar su trasero. La atraigo con fuerza haci
cohol y a
mi camiseta. Mis músculos se flexionan mi
ntras beso su cuello. Ella gime, su cuerpo todavÃa se bal