Perdición
r contar con su san
n el mayor de los gu
pronto pue
vez más con mi presencia. Ahora si me
cho cuida
ré. Hast
ción,
Hijo y del Espíritu Santo - marqué la señal de
ias,
ir del orfanato donde crecí e irme
de música clásica, de esa manera no me sie
adre de la actual propietaria del lugar, fue quien me guio por ese camino del bien, pues ella era una mujer muy religiosa y devota. Me inculcó valores que al día de hoy g
mis casi treinta y cinco años de vida. Cada día rezo porque aún se encuentren bien. No importa la razón por la que me hayan dejado en un orfanato, en m
ue no me di cuenta en el momento que una
asos centímetros de llevarme por dela
manos temblando sin control, bajé del auto y me acerqu
ero al ver la sangre que brotaba de su vientre, me con
o - levantó la cabeza al tiempo que
se lo daré, pero no veo necesidad de usar la v
isual con ella. Aunque por dentro estaba muriendo de miedo, y no es para menos, esa mujer pued
oveché para acercarme y asegurarla entre mis brazos. Per
n hospital, está per
n un susurro, sonó firme y eno
a estando en este estado. ¡Neces
mi cabeza, ahora observándome fijamente y parlizándome por c
rma, por fa
os con frecuencia, y en otras veces aflojaba la presión del arma en mi cabeza, p
o a la iglesia, pero, por el
er daño - presionó el arma, soltando una risa extraña-. Lo que menos me llevaría por de
ejé sobre el auto para luego llevarla en mis brazos a la parte de atrás del mismo y subi
dejarla en medio de la carretera si bien está en mis manos ayudarla. Puede que no sea doctor, pero de algo han