Oculto
flores, las velas eran la única iluminación y las paredes parecían ser hechas de algún metal, no de madera o concreto. Un dolor a
aull
rojos en
illos de
que estoy muerta o simple
jer me alertó. ¿Dónde estoy? ¿Quién es ella? Esos recuerdos tan horrible
friste muchas heridas en tu cuerpo, pero poco a poco se han i
La garganta me ardía como el mismísimo infierno, ni que decir
u cuello, no podrás hablar nuevamente - me dio la
ene ella que ver con lo que me sucedió? Luego de su advertencia, cosas e
. Veras, en estos últimos días ha habido muchos accidentes, por lo que con la comunidad nos hemos visto ayudándo
de usar todas mis fuerzas para hablar. Lo que más me aterra, es que ella parece leer mis pensamientos, pues me responde en automático cada
ontañas. Puedes descansar todo lo que quieras. Aquí estas a salvo. Trataremos de bu
n la cabeza y el
idente? - inquirió-. Cierto que no puedes
n la cama, pero tampoc
na libreta con un lápiz-. Escribe cuando necesites algo, ¿bueno? Mi nieto o yo est
agua de una pequeña taza. Mi garanta se refrescó
o. Fue como haber entrado a un tipo de trance, en el cual mi mente quedó en completa oscuridad en pocos segundos. Ese rojo brillante y los
uy bien. El dolor en mi cuello y todo mi cuerpo también han desaparecido por completo. Todos estos días bajo los cuidados de la Sra. Elisa y su nieto han
oyada de un bastón y sonriendo-. ¡Te
días luego de que me estrellara contra el árbol. Siento el cuerpo recuperado
ver a un hombre que jamás había visto entrar a la habita
a mí y quitó la venda de mi cuello-. Esto ha cicatrizado perfecta
mucho de lo
pasó a mayores y pudimos curarte aquí - deslizó
que atravesó la puerta. Supongo que él debe ser el nieto de la Sra. Elisa. Si me ha cuidado todos estos días, en
de maravilloso, Caleb - lo lla
ijo, acercándose a mi rostro
sonrisa apareció en sus labios. El aroma a flores se agudizó aún más en e
do es de un azul claro casi traslucido y su ojo derecho de un marrón oscuro. Es un hombre que con solo mirarlo a los ojos se adentra a un trance. No podía dejar de
ara mis oídos, pero lo oí claramente. Ese ronroneo ya lo había escuchado antes,
arealidad. Los ojos de Caleb; el nieto de Elisa, se me hicieron de un color rojomuy brillante y te