La presidenta esta confundida
da por las apariencias y la reputación social que por cualquier asunto oscuro que pudiera empañar el buen nombre de la familia. Sin embargo, su padre era diferente. Como uno de l
siguió, asegurándose de que nadie más la escuchara. Cuando él se acomodó en su sillón de cuero y encendió
un momento? -dijo, intentan
co que sostenía, con una expresión de l
frente a su escritorio. No quería rodeos. Habí
ica de los Salvatierra -dijo, sintiendo que sus
nicero de cristal. La intensidad en su mirada cambió, se volvió
cía? -respondió con voz neutral,
no era fácil engañarlo-. Leí algunos informes y parece que hubo cosas extrañas en torno a
e y apartó la mirada, como si
a-, pero fue un accidente. Las autoridades lo investigaron y no encontr
sta a conformarse con
s del incendio, Eduardo Salvatierra cobró un seguro que no solo cubría las pérdidas, sino que le generó una ganancia considerable. Ade
recerse a su alrededor. Sin previo aviso, su voz se alzó, resona
te en estos asuntos. Ese incendio ocurrió hace años, y nada de lo que encuentres va a camb
in bajar el tono-. Siempre has sido honesto conmigo,
inó hacia adelante, mirándola con u
o menos cuando se trata de los Salvatierra. Es una familia poderosa, y nosotros tenemos relaciones importa
e desentrañar un misterio; era una cuestión de justicia. Gabriel había perd
l miedo la dominara-. Si sabes algo, deberías decirlo. No podemos ser cómplices de l
cían lanzar dagas. Finalmente, se levantó de su asiento, caminó alrededor del
tierra no es alguien a quien quieras tener como enemigo. Si sigues investigando, podrías poner en peligro a nuestra familia y a ti misma. Y te lo advierto: si me entero de
a en su voz le hizo comprender que estaba dispuesta a cumplir su palabra. Pero al mismo tiempo, esa reacción tan ex
sorprendió incluso a su propio oído-. ¿Por intentar hacer lo correcto? Si tan seguro estás de que fu
bitación pareciera helarse. Lucía vio en sus ojos una mezcla de
ia la puerta y señalándola para que se marchara-. Y será mejor qu
y aunque su padre no le había dado las respuestas que buscaba, su reacción había sido respuesta suficiente. Estaba claro
do claro que no debía continuar con su búsqueda de la verdad, pero eso solo la hacía más decidida. No podía permitir que el miedo la paralizara. Debía segui
observados, que su padre probablemente trataría de controlarla de una manera más estricta, y que debía ser aún más cautelosa. Pensó en Gabrie
tablero, a mover las piezas con estrategia, a descubrir las verdades ocultas. Sabía qu
e la fábrica con un encendedor y un maletín. Ese detalle le daba un lugar por donde empezar. Si podía identificar a esa
ación apenas había comenzado, y Lucía estaba dispuesta a desafiar a cua