El sabor de lo prohibido

a coreana escogió un típico vestido rosa pálido, con cuello alto de mangas y

a su cuerpo, con escote en forma de corazón, dejando al descubierto la espalda y una pi

hanna mirando cómo su amiga abr

esté acostumbrada a verla así. Si no es que

Es m

esté tan revelador o nos sacarán de la fie

que no me dirán nada por ser extranjera -protesto

e es su fiesta y no puedo dejarlo pasar un mal momento -le recuerda la chica

forma tan diferente. Ya que ella era tan alegre y ahora es tan amargada. Pero quizá sea por la presión que hay en este país. Cambia de vestido, ahora es uno de c

mejor -confi

mente muy sutil y es que ve que su amiga está maquillada de esa maner

hacen ver muy elegante aunque no alta y es que ella tan solo mide un metro co

a puerta se abre ligeramente, ellas se da

n bello vestido de color plata y con su cabello corto liso. Johanna se queda impresionada por la belleza

estaba en un pequeño retiro y que regresaba hoy para la fiesta. La muje

nocerte Johanna -dijo la muje

mí es un gusto conocerla al fin -añ

ija que continúa haciendo reverencia-. Te ves muy bien, espero y esta noche encuentres a un chico. Porque

preparada para eso -contestó Min-D

ea un problema porque no todos aceptan a una mujer que ha estado en otro país -declaró la mujer con un tono más fuerte-. Re

ó la coreana sin

egar tarde -fue lo último que dijo

el chisme como cualquier latino. Pero no se siente cómoda al oír que la madre de

a Min no quiere estar aquí y es que nunca se

tu madre fuera así -dijo abraza

y no solo por tu cumpleaños. Es que no quería estar sola con todas estas emocion

a nos vamos, no quiero que estés agua

ncia un tanto difícil, nosotros disfrutaremos de estas semanas -manifestó Min-Dea y es q

a habitación hasta llegar a la entrada donde dejan los

comodándose en el interior donde la señora Park los espera, se colo

Johanna no aparta la vista de la ventana y es que todo lo

ia e indescriptible que es la que suele tener todo el tiempo y su padre es igual que su

bastante elegante, donde diversos autos llegan bajando mujer

ra roja con calma y elegancia. Mientras son fotografiados por varios

ue lo hacen porque está siendo acompañada de la familia Park. Continúan con su trayecto hasta adentrarse al

e guía a las tres mujeres hasta las sillas asignadas con su nombre y es