Casados por contrato
ase, pero Charlotte sabía
ejado su trabajo por culpa de él,
vida del otro, pero ahora se veían obligados a segui
estaban subiendo a su coche particular. Por reflejo, Charlotte quiso acompañarlo, ya que se habí
el vehículo privado de nue
ó sorprendida. «¿
ranquilos y profundos llenos de burla. «Todaví
ó y preguntó: «Entonces, ¿por qué te pusiste
o de cerrar la puerta del coche, Charlotte extendió la mano para bloquearla
la ira brilló en los ojos de Kennedy, que l
e el camino y déj
abras. ¿Cómo puede existir
sin expresión alguna y lueg
través del espejo retrovisor a la menuda figura que s
dijo: «¿Alguna noticia sobre la mu
gilancia en esa carretera, y ese día llovía mucho; la noche era demasiado oscura para ver con c
dijo: «Ha pasado un mes. Si no me equivoco
tá embarazada de un hijo del Joven Maestro Moor
nsar en eso: «¡Entendido! Enviaré a
rró entonc
r lo que la mujer de esa noche e
enía que encontr
.....
hora en llegar al ed
nal de seguridad de la recepción, finalmente
á al final. Todavía tengo recados que hacer, así q
mente y agradeció: «Sí,
preoc
la cabeza. Está claro que ambos comparten la misma sa
hondo y se dirig
de llamar a la puerta cuando ésta se abrió automáticame
iempo y fue empujada al suelo
y! ¿Cómo puedes
uillada y con la ropa desaliñada. Después de que esa mujer cayera, se lev
edy daban miedo, y su cuerpo exudaba un aura fuerte. «
ue eres? Si no fueras el Segundo Joven Maestro de la Familia Moore, ¿crees que siquiera pestañearía ante
ado, los ojos de Kennedy se volvier
e repente y comentó: «Señorita, a pesar de que nuestro Kennedy es un discapacitado físico, ¡aq
hacia Charlotte. Entonces, la señaló y dijo sarcásticamen
mano y le dio a la mujer un
Sl
resonó en
me?» La seductora mujer se cu
Sl
bofetear a
dinaria a pesar de que llevaba z
ida. «Soy la esposa de Kennedy. ¿Cómo te atreves a sed
: «¡Piérdete ya! ¿O tengo que pedirle al guardia de seguridad que te recoja y te ec
hinchada. Antes de marcharse, dijo sin quererlo:
ó de golpearla de nuevo, lo que
vertía en otra, los ojos de Kennedy se llenaron de cu
olvió inmediatamente a su habitual aspecto frío. Entonces
por nombre, seguimos siendo marido y mujer. Como esposa, ¿cómo
a naturalidad. Tras darse cuenta de que se salía de su persona, inmediatamente se burló con voz frí
signado el Viejo Maestro Moore, Charlotte caminó detrás de Kennedy y agarró su silla de ruedas antes de decir:
limitó a empujarle hacia el interior ante
e y contundente. A continuación, se burló y dijo: «P
tampoco quiero ser tu asistenta,
ra amenazarme?» Su profu
Yo también soy una víctima. ¿No po
desordenado; algunos documentos estaban incluso esparcidos
para recoger los documentos y colocarl
ie de acciones y sus ojo
osa, así como la espía del viejo, ¡y ha hecho todo eso para poder acercarse a mí! Tengo
Nathan entró
eunión empezará en o
al ver a Charlotte; no esperaba que
de la sala, pero de repente se le ocurrió algo y le sugirió: «Qui