¿Embrujo o Locura?
ntrada por su prometido, a quien escuchó llamarla centenares de veces y se paseaba una y otra vez por el mismo lugar sin atinar su paradero. Aún así ella
iolenta respuesta. Las lágrimas no paraban de salir y la opresión en el pecho le taladraba el corazón
rímel y delineador que antes marcaban a la perfección el contorno de sus párpados y pestañas; en ese momento
asado dos semanas desde el trágico accidente, era normal que él hubiera reaccionado así ¿Cómo pudo ser tan descuidada con
alrededores. Había pasado ya mucho rato desde que la había llamado. Pronto los pensamient
. ¿Y si piensa que yo me fui por mi lado y él me va a dejar aquí encerrada? ¡
osición, había ocasionado que la circulación se le cortara y eso le provocaba una sensación punzante en ellas, como
n un tocador y cortinas de tela para la ducha muy bonitas con estampados floreados. El lavamanos fun
fería verse desmaquillada y no con el rímel, el delineador y el r
no mojar su ondulado cabello castaño, encendió el chorro y se enjuagó; pero mientras tenía los ojos cerr
piel. Por más que quisiera apurarse y voltear a ver, simplemente no podía. Su corazón comenzó a
arina, pero intentó respirar hondo para calmarse. Vaya que aquella sensación fue de lo más bizarra. No quiso pensar más en ello
el mismo lugar donde su prometido lo había dejado para ambos bajarse a ver la casa. Karina volteó a ver haci
si él le contestaba-. ¿Abel, dónde estás? Necesit
s gradas acaracoladas mientras seguía repitiendo el nombre de su prometido, aún sin recibir ninguna respuesta, ni positiva ni negativa. Las ans
nto para deducir en dónde se encontraba Abel. Aquella escalera que daba con el ático estaba desplegada; posiblemente era la respu
egables. Cuando llegó, se agarró de los extremos para poder subir con mucha precaución; sabía q
n, a lo mejor él aún se encontraba enojado, aquella idea era la que más lógica tenía para ella. No le dio más vueltas
to, le encantaba y le robaba el aliento tan solo de verlo. Al parecer él no notó su presencia porq
. Me tenías preocupada, ya no escuché tu voz y me alarmé -de
era mucha en ese lugar. Su corazón latió rápido y por inercia, ella tomó d
pasar su mano frente a los orbes chocolate que tanto amaba. Ese movimiento al parecer lo había hecho
uí a tu lado ¿Me podrías explicar qué te pasa? -Karina trató de son
do hiciste. Me acabas de dar un susto tremendo
ndo desde que estaba el primer n
¿Dónde estabas metida? Yo era el que te andaba buscando por todas part
ue me hablaste y no pude evitar esconde
s labios de Karina-. Yo... en serio te debo una gran disculpa. En ning
ó Karina-. Yo no debí decir tantos comentarios
beso y así estuvieron unos segundos. Abel suspiró y en medio del beso comenzó a acariciar la cintura de su prometida. De inmediato una de
o estaba siendo fantástico, algo le incomodaba a Karina, así que ella se separó con s
ulpa definitiva -dijo Karina
s en el lóbulo de la oreja de K
r manera posible, mi amor -ronroneó en su
abrazó por el cuello para luego verlo a los o
quirió Abel, sin dejar de conte
ni siquiera notaste mi presencia? -Karina lanzó la p
ometida que, aquel lienzo de la bella mujer parecía estarle sonriendo, sin que ella luego q