Perversos Deseos: Poder y Lujuria
ndo, el ambiente todavía tenso tras el reciente altercado. Miró alrededor, buscando la salida
o Sean, su voz traicionando el n
miró con una mezcla de seriedad
ió James, su tono firme-. Los tipos
ía pasado o a encontrarse nuevamente con aquellos peligrosos hombres. Su me
que es tarde -aceptó Sean,
r. Vamos. Mi mo
la tensión aún palpable. La motocicleta de James estaba aparcada en un callejón oscuro, una má
do la dureza del asiento bajo él, y luego se acomodó detrás de James. El contacto cercano era inev
udad convirtiéndose en un murmullo distante. Cada kilómetro que recorrían, Sean intentaba calmar sus pensamientos, pero la proximi
bajó, todavía sintiendo la adrenalina corriendo por sus venas. Le devolvió el casco a James, tratando d
sidad -dijo James, su voz carg
-respondió Sean, su v
irando fijamente al lugar donde había desaparecido. Un torbellino de emociones lo abrumaba: miedo, deseo, confusión.
pada en el beso de James, en las palabras que había dicho, en la mirada cargada de una verdad que no podía s
a era despertarla. El reloj marcaba una hora avanzada, y la tenue luz de la lámpara en la sala apenas iluminaba su camino. Se quitó los zapatos en la entrada, sinti
había sido larga y llena de eventos inesperados. Su mente volvía una y otra vez al momento en el bar, al beso robado y la conf
vio fue una figura marcada por las experiencias y los problemas. Su abdomen estaba lleno de cicatrices que se entrelazaban con los tatuajes, creando un mapa de su pasado tu
tado derecho. Recordaba claramente cómo la había obtenido, una noche similar a esta, llena de peligro y decisiones
endo el alivio inmediato al contacto del agua con su piel tensa y cansada. El vapor llenó rápidamente el pequeño espacio, envolvi
la sangre seca de las peleas. Cerró los ojos y dejó que el calor penetrara sus músculos, relajándolos
ntensidad del momento. Había algo en Sean que lo atraía de una manera que no podía explicar, algo que iba más allá de la mera atracción física. Quizás era la vulne
odo, estaba vivo y tenía algo por lo que luchar. Cuando finalmente cerró el grifo y salió,
quido de su madre en la habitación contigua. Se acostó, dejando que la oscuridad de su habitación lo envolviera. Cerró los ojos, pero en lugar de la paz, encontró que su me
co lejano, un recordatorio constante de que su vida estaba en un punto de inflexión, y que
paz y el sueño, pero las imágenes de la noche no dejaban de perseguirlo. A su lado, Zoe dormía plácidamente, su respiración lent
través de la ventana ligeramente abierta. Sean podía sentir el peso del brazo de Zoe sobre él, un recordatorio constante de su
al dando paso a una oleada de sentimientos que lo habían dejado sin aliento. Era aterrador pensar en lo que ese beso significaba, en las puertas que abría y en las v
su respiración contra su piel. Ella era su ancla, la razón por la que había tomado tantas decisiones en su vida. Habían planeado su futuro juntos, hablado de una boda gran
a, había algo en James que lo atraía de una manera que nunca había experimentado antes? La idea de herir a Zoe, de romper el mundo que habían construido juntos, le resultaba insoportable. Per
a James, a la sensación de sus labios, a la intensidad de su mirada. Sentía como si estuviera al borde de un precipicio, sin saber si debía dar