El Corazón Roto Del CEO
ni
adie sabía mi dirección y mi apartamento era el único del piso así que un vecino no era. Con cautela caminé haci
ndo respuesta, con mi arma
a que fuera cualquier persona
caso en una caja, miré mi atuendo un pantalón de chándal solamente, me encogí de hombros. –Ella vino sin avisar y estoy en mi
aroma de su fragancia con olor a vainilla inun
n? –Pregunté siguiéndola con mi
grano ¿Quiero saber que pretendes? ¿Por qué vinist
do por una amiga para un caso nada más,
as casos solo
i piensas que puedes manipularme como lo hiciste en e
porque fuiste justamente tú el abogado que decidieron contratar, pero no quie
que sepan a lo que te dedicabas hace unos años? –Noté como su cuerpo se tensó con mis palabras y su mi
pero me sorprendió lo decidida que estaba con su mentón alzado preg
o estaba tenso y hasta su respiración se cortó, no era cierta mi petición aunque viéndola bien estaba he
uto que estuviera casada... ante esa posibilidad mis ojos se desv
il
ner las cosas claras, me importaba una mierda si se encontraba acompañado
adornado por un tatuaje un fénix había renacido de las cenizas un infierno en el que yo lo deje, su mirada había cambiado era de hielo, os
a mi colega encargado no voy a inmiscuirme –El tono de mi voz sonó más suplican
hacía a mi acortando la distancia entre nosotros, por instint
vada! Ya dejé el caso y te agradecí por lo que hicist
la vista era espectacular hace mucho que mi libido se encontraba en un sueño muy profundo... hasta que lo volví a ver, todo mi cuerpo reaccionaba como una loba en celo, mi centro palpitaba de excitación y una parte de mí aunque pequeña des
daño del que te puedas imaginar –Caminé lo más rápido que pude hacía la puerta, pero mis esfuerzos resultaron en nada p
nzó a intensificarse. –Deberías rendirme pleitesía, pero una palabra mía sobre tu pasado y tu presente y futuro se acaban –Acercó su rostro al mío, su nariz la paso por mi cuello sintiendo su respiración caliente erizándome la piel, odiaba se
e y era una oportunidad. –Solo quiero que llevemos las cosas en paz lo más que podamos. –Lentament
perder la perspectiva, Daniel respondió inseguro, pero cuando su lengua se abrió camino entre mis labios, aproveché la oportunidad de alzar mi rodilla y golpear con toda la fu
zorra, si quieres pasar una noche entera con alguien hazlo con la rubia oxigenada que te acompañaba en el juzgado y mi amenaza sigue en pie –Me giré abriendo la puerta con desespe