Delirio Nocturno con el Millonario
r de pasos, fui recompensado por varios inv
de la mafia "dijo
su comentario improvisa
No se equivoque, señor Craxton. Pagará por esto.
enaza directamente a una distan
tentar reagruparse, sonreí. "Asegúrate de qu
señ
comentario fue dicho más b
portador de malas noticias, p
nific
sopló". Ahora te mostrar
permaneció intacta, algo que me pe
parte d
cia de Chris, pude sentir qu
uras y consecuenc
me equ
a
, tenía más que curiosidad por saber qué
é mientras seguíamos caminan
la situación, señor Craxton, pero
ablecimiento, pero parecías bastante ansioso por mostrarme cualquier problema que mencionaras. "Una mujer. Muy pocas cosas confundían al hombr
probarlo tú mismo. Por eso te he molesta
r con mujeres difíciles, aunque ninguna había merecido la pena en los últimos años.
rá tu adoración por las mujeres hermosas, pero me atrevo a dec
había nada que les gustara más que ir al Craxton Play Club por el coñac, los puros cubanos y la posibilidad de disfrutar de su pasión por el p
ño abierto era otra característica que nos distinguía. Eso permitió que la gerenci
actos carnales. Incluso habíamos añadido recientemente un bosque cerrado para las cacerías primarias, que son la última moda en el mundo del sexo. No me impo
una de las salas. Después de pedir mi whisky exclusivo, nos acercamos.
os eran del color de las ciruelas, con el iris bordeado de oro. Con su pelo largo y oscuro y
pueden derretir corazones y, por supuesto, con su impresionante belleza, los cuatro hombres de la
ntas decir
os brazos. "Sólo mir
a tic de sus manos. No tardé mucho en detectar lo que
se estaba repartiendo cartas, pero lo hacía con mucha astucia. Además, tenía la sensación
a. Me había alejado deliberadamente de las mujeres por media docena de razones, una de las
a ilegal, algo con lo que tendrí
as los cuatro hombres tiraban las cartas con disgusto. Dos de ellos empujaron su silla hacia atrás con fuerza
s tan fuertes ante una mujer, especialmente cuando intentaban robar tanto a la casa como a los invitad
sta que nuestras miradas se encontraron. Inclinó la cabeza, lo que atrajo mi hambre, y me